martes, 18 de junio de 2013

Canciones



Los volúmenes de las canciones son individuales, algunos no soportan muchos decibelios otros los necesitamos para llenar nuestra alma con un líquido que se vacía poco a poco al final de la bolsa. Otros no soportan la música alta porque enseguida su bolsa se desagua otros queremos llenarla a tope porque el agujero de consumo es brutal. Consumimos todo con avidez, con la velocidad del rayo, con la sensación de que es lo que nos da la felicidad. Y un átomo de felicidad tienes que consumirlo porque ahorrarlo no es real. 

La felicidad tiene un momento, guardarla para un instante distinto es desperdiciarla, tirarla a la basura.

Yo suelo escribir con música porque creo que las palabras la necesitan. Por ejemplo la palabra “circular” o “reminiscente” o “eferdórica” la cual no existe por cierto, solo pueden emplearse si una melodía te está dando soporte. No hay nada como una melodía para escribir, salvo que escribas historias. Si escribes novelas, cuentos, o historias con personajes entonces no veo claro lo de la música...mejor dicho, sí. Pero con la música exacta.

Escucho lo nuevo de Travis, me gusta. Me gusta tanto como cuando oí mentiras de tabacos de ultramas por discusiones de parejas. Me gusta tanto que no sé decir lo que quiero por mucho que me insista el señor Fran Healy al que le tengo un respeto un punto por debajo del señor Thom Yorke, lo cual equivale a lo mismo.

Yo creo que todos nos hipotecamos, yo el primero, porque además lo lloro. Otros se hipotecan y lo ríen, ¡qué cabrones!

Me gusta, y mucho, "another guy", lo último de Travis.

Todo es real y todo es mentira a la vez. Ahora si quieres resuelve la paradoja.



sábado, 1 de junio de 2013

Supera esto...no serás capaz.



Nada hay parecido al asalto que me acomete. Nada. Y me muevo por terrenos sólidos, Por arenas cimentadas en años de hormigón. Las mismas que a veces son movedizas.


Soy un loco y son más de las tres...

Pero el hielo de enero me golpea con ariete de hierro, con inusitada fuerza de manera aleatoria. Hoy me di cuenta a las 15.00 que todo era un juego de muecas. Que lo que niego no es falso y lo que afirmo es una verdad a medias. Porque hay algo más que es extraño. Y sin embargo pocos entenderían de qué va este segundo asalto porque, de hecho, para mí no es el segundo, puede que sea el enésimo y que será eterno.

Soy un gallo que siempre tendrá una pelea enfrente para que la gente suelte su dinero. Alguien habrá para que insistentemente, de manera eterna, en una pelea inútil, suelte su dinero apostando al contrario. Apostar por mí es perder el dinero. No lo hago bien, no muevo mis brazos porque ya los moví muchas veces, de manera esdrújula una y otra vez, sin sumar cien sin hacerlo bien, pero moviéndolos.

Letras en el baúl de Pergúmeno, encontradas diciendo...

"Yo llamé muchas veces a las ventanas de bomberos sordos. Y no eran bomberos quienes estaban al otro lado sino que se trataba de ti. Me contaste sueños imposibles en los cuales yo llegaba en helicóptero tan sólo para hablar contigo. Eso es el pasado y mi disfraz de héroe lo guardé en el armario de tus recuerdos. Mis mallas de invencible se quedaron como retazos de palabras olvidadas. Esa palabra, retazo, que quisiste ocultar.

No hay nada que me suponga un asidero al pasado que pasó. Y lo que hago es fabricar unas manijas cada día para no desprenderme de lo que me supuso tanta emoción. Manijas de relojes olvidados, de cuerda ancestral. De silbidos y de reyes de león, porque el neón nunca alumbró nuestros paseos. De fiestas con futbolín y copas hasta el amanecer. No son mentiras, sino que fueron lo que fueron.

Supera esto...¿serás capaz?, creo que no. La putada es que yo voy por encima de vez en cuando."


A veces te pasas…siempre…incendios de nieve y calor. Me cago en la hostia puta.

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...