jueves, 19 de marzo de 2015

Entre bambalinas


Entre bambalinas se esconden varias ninfas que juegan al póquer con duendes de orejas redondas y lengua afilada. Duendes que se juegan uno de sus hechizos por una noche de amor con cualquiera de las ninfas de pechos de miel.

Entre bambalinas están, descuidados de su alrededor, despreocupados de quien pueda descubrirles. Uno de los duendes solo piensa en la nuca de una de ellas, contemplarla mientras la penetra en un rato de placer inmenso observando su espalda, su cuerpo cual cuadrúpedo. Las cartas son aliadas de quien no espera el azar.

Entre bambalinas juego al juego que tu quieras, al que necesites o al extraño afán de desear poseerte como nadie jamás hay poseído a nadie. Más poder que cualquier dios pagano y más destreza que el mismísimo Errol Flynn tocando el piano con su miembro.

Entre bambalinas hay dos señoras limpiando el piano de Errol, yo solo miro como el aguarrás limpia los poses de su pene holliwoodiense y me pregunto si ellas sabrán tanto como yo de ese piano.

Entre bambalinas los mozos que suben el piano al segundo piso del decorado se entretienen hablando de sus aventuras, veo a uno de ellos, uno a quien se folló la mismísima Mae West, y recuerdo que la luego gran rubia contó que era el peor hombre que había metido entre sus piernas.

Entre bambalinas nadie habla, y todos cuentan historias. Entre bambalinas corre la vida, y fuera de ellas todo es el peor teatro que puedas contemplar.



Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...