miércoles, 23 de septiembre de 2015

Caca es una palabra muy fea...tas tas



Ciertamente es un horror caminar con arañas entre los deseos. Arañas que van capturando en sus redes cada anhelo y lo envuelven en telas incorruptibles. Es terrible, te lo dice alguien, el que escribe, que escucha a The National. Todo puede ser terrible…como por ejemplo escuchar a The National en unos cascos del AVE.
Los cascos del AVE los diseñan para que quieras odiar la música. Son algo infernal, puedo imaginarme a Zeus hablando con Hades y diciéndole como quiere que sean los auriculares del AVE. No hay muchas más posibles explicaciones. Me pierdo los medios y los graves y los agudos, me pierdo todo. Oigo el AVE, las vías, los pájaros en los campos andaluzes, unos conejos royendo plantas, perdices comenzando a volar, el arbusto creciendo...pero nada de The National. Y me jode.
Voy a Sevilla entre las vías milenarias que un romano imaginó, y solo oigo el ruido de este tren tan nuevo y tan antiguo que solo nos transmite el sonido del campo,. Qué bonito! Mola…pero joder…el AVE es otra cosa, no?
Estoy harto.
Lio me3jor de que alguien se te duerma al lado es que la princesa más bella del muindo aprovechará para meterse el dedfo en la nariz y sacar ese moco seco que tanto le molesta. Así somos todos, así vamos al baño y excrementamos todos, hasta el modelo de Armani y hasta la ganadora de la psarella de Milan. También caga. Sí, caga, porque cagar es el verbo que tiene la RAE para ese que hacemos sentados en un sitio mientras leemos. Algunos no leen…algunos disfrutan del placer del esfínter dilatado y otros le dan vueltas a si han desayunado hoy.
Así somos…y si os parece feo y escatológico pensad en si no lo habéis hecho nunca. Y si es no…entonces lo mismo sois la salvación de la especie    …o la puta perdición. Despùes de responder pensad si conocíais The National antes de este estúpido texto,.



martes, 1 de septiembre de 2015

Y otro día...


El día aparece de nuevo entre brumas, la semana, el mes también. El lamento del segundo y los susurros de la pesadilla diurna. El picor de estar perdido sin mapa, la tortura del camino que no sabes dónde va. El caos que no supone creación, o el desierto del pensamiento. El desear sin saber como conseguir nada o algo o todo, el anhelo de dejar de pensar sabiendo que eso produce nada, que olvidas el algo, renuncias al todo y ocasiona desgaste. No escribir nada, no murmurarte en las esquinas que ya no te respetas. El desastre de la barbarie muda, todo lo que queda echado en una bolsa que entierras. El hatillo que no desenvuelves, el olor a mojado que confundes con sexo. El extraño parecer y aparecer en la oscuridad. El saberte estúpido por ser lo que no eres, o por no ser lo que eres, o por no ser nada.
El día aparece como parte de un engranaje, el de los segundos engranados en minutos, horas formando ese día. Creciendo en dimensiones temporales hasta llegar a eones que reconoces como el dolor de ese día.

El día aparece y no tengo un coche que me lleve a Ohio en 10 minutos.

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...