sábado, 5 de marzo de 2016

Ahí están...




Suenan The Beatles una vez más, mi asidero eterno. No soy nada sin ellos, apenas una bruma, un tío que curra y se sumerge en la rueda inmemorial. No soy nada sin aquellos que me hacen ser. Sé donde andan quienes me hacen ser lo que quiero o deseo. Luego hay otros que me hacen ser lo que vanitas vanitatum et avida dollars para mala conciencia.
Suenan y suenan allá donde viajes en mi cabeza, cada esquina tiene un poco de John, Paul, George y Ringo. Todos los rincones que escondo tienen acordes de los 4 fab. Solo que a veces me olvido. Y luego me acuerdo de Bowie o de Yorke o de Jagger o de Sting…o de Coltrane o de Baker o de Holiday, o de Sinatra, Fitzgerald y ese apellido me vale pa dos.
Soy lo que era o quería ser o lo que imaginé que podía construir o lo que soñaba por las noches con la mente despierta. Soy trozos compuestos de muchos que no son yo.
Y siempre llegan, cuando uno anda por desiertos remotos sin caravanas de nómadas que le asistan aparecen ellos. Con cara de broma, soltando risas, tendiendo su mano aparecen los cuatro de Liverpool para decirme “hey, estamos aquí, vamos tío, vamos!”
Están siempre, me sueltan un “don’t let me down!” y me quedo pensando qué hacen en una azotea. Allí, con abrigos tocando para mí.

Gracias…

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...