viernes, 12 de agosto de 2016

no todo...no



No todo va a ser Nino, no todo es una historia, no todo es una palabra que tú digas, no todo es el humo que escondes en tu aliento, no todo es lo que tu cara pierde cuando la veo de cerca, no todo es el rock and roll que dices poseer, no todo es un paraiso, no todo es el infiero que caminas cada día, no todo es comprar refrescos en un seven eleven, no todo es escuchar el ejercicio de tus competidores en el vecindario, no todo es pensar que eres el que tiene que ganar, no todo es encargar tartas de chocolate, no todo es un lamento, no todo es encaramarse a un árbol para decidir qué pasa.

y otro trozo...


Caminamos hacia algún sitio donde tomar una cerveza, mi cabeza sigue dando vueltas al nudo de la cuestión, el desenlace lo veía lejos aún. Observaba que ella hablaba pero por sus gestos debía ser algo banal, yo asentía y perfectamente podía estar diciéndome que había inyectado una aguja con salfumán de efecto retardado en mis venas la última vez que me quedé dormido con ella para que mi muerte fuera digna de una novela pulp de los años treinta, que me había hecho fotos desnudo en posición fetal mientras babeaba y las publicaba en internet, y que había hecho una colecta para que me declararan lerdo mayor del reino…que ni me enteraba. Yo estaba con mis pensamientos y ella con su perorata, en la que de pronto escuche el nombre “Rafa” y puse atención…pero no, era que Rafa volvía al día siguiente de pasar unos días en Santander y que ella no había tenido ni dos días seguidos para salir de Madrid. Al oír esto pensé que a mí me había venido bien porque así había estado con ella, y luego sentí cargo de conciencia porque eso significaba que Rafa era un astado digno del siete de Julio por mi culpa.
Y llegamos a donde teníamos que tomar la cerveza y donde mi mundo desaparecería en un colapso total de realidad. Ahí estaba yo ante mi nueva pareja no deseada y mi vástago, esperando que me dijeran el nombre que tenían pensado para la criatura “Nino, creo que si es niño debería llamarse Cataclismo, y si es niña pues Hecatombe”. Joder, cien bueyes sacrificados era la alternativa al desastre…
Nos sentamos en una mesita de esas que parecen hechas para gnomos, seguro que las conocéis, son mesas que tienen patas de unos cuarenta centímetros de altura, una superficie muy ingenua con caracteres rúnicos y un agujero en el centro que debe ser para poner la hoguera que nos libre de los maleficios de la última bruja que quemamos en la hoguera. Una cervecería étnica, una puta mierda para alguien que siente el ardor paterno en su interior. Ese no era yo pero pensaba en ello sin parar.
-       Bueno tío –ya sentados Elena comenzó a hablar-, te habrá sorprendido mi llamada pidiéndote quedar así.
-       No sé, algo sí, pero bueno, lo mismo quería aprovechar tus minutos de soledad. –el hábil de Nino jugaba al despiste.
-       No, joder, no es eso. Verás... –instantes de silencio, Elena mira al techo, yo miro sus ojos pero pienso en el regalo del primer cumpleaños de la criatura, un DVD de Blade Runner o un chupachups de menta???-.
-       Pues soy todo oídos, de hecho ando en ascuas por saber qué quieres decirme –tremendo, frase sincera, directa, eso es lo que quiero y lo expreso de una forma inédita, pienso es hacerme una estatua, junto a la de mi hijo.
-       A ver Nino, a ver cómo lo digo. Me voy.
-       ¿Te vas? – joder para ser precedido por una duda de cómo decirlo, no podía ser más directo, eso es que no voy a ser padre…¡¡¡no me jodas!!!, ya tenía pensado el nombre, si era niño sería Bruswein (me encanta Batman) y si era niña Leia, no me jodas, ¿¿¿ahora no voy a tener un churumbel???
-       Sí, me voy – la cervecería tornó en paredes negras, con un par de elfos negros caminando por las paredes, con un descendiente de Renfield mirándome, y con un par de dados saltando sin parar entre mi mirada y los ojos de Elena.
-       Pero tía, ¿te vas? ¿cómo que te vas? –gran pregunta la mía, estuve a punto de dar la opción del comodín del público, pero el aforo que había era poco interesante.
-       Me voy, me han ofrecido que a partir de octubre empiece a currar en Santander, Rafa está allí aprovechando con un amigo para mirar pisos. Es un buen trabajo y no suena mal como oportunidad para hacer algo distinto.
¿Algo distinto?, a ver, algo distinto es irse a cazar leones al Serengueti, cazarlos con un tenedor fabricado con papel de aluminio. Eso es algo distinto. O irte al ártico con una maleta llena de memorias usb y bañadores estampados. O aprender suomi con un niño de cuatro años nativo de las alpujarras ejerciendo de profesor. Pero ¿irte a Santander a trabajar y dejar un florete olímpico?
La siguiente reflexión fue…o sea que no soy padre, que me puedo seguir haciendo pajas y que puedo estar enamorado de Silvia. Me dieron ganas de salir a la calle y saludar a todos los viandantes dándoles mi número de teléfono por si necesitaban la ayuda de “Nino El Afortunado”.
-       Pero tía…estás segura de irte de Madrid a Santander así como así –yo en realidad quería que se fuera, o que se quedara, pero que no albergara el estadio de juegos de mis pequeños contenedores de código genético.
-       Creo que sí…pero Rafa lo mismo se viene. Y si se viene, creo que debería hablar con él de dónde y cómo estamos en la relación.
Hala, ya se jodió todo. Ahora resulta que por echar diez polvos hay que desordenar el mundo, ahora no puede callarse. Pero hostia puta, si no dices nada Rafa se irá, tendréis uno, dos, cinco, diez hijos. Seréis felices y nadie tendrá problemas. De dónde ha venido esa idea de que quieres decirle algo.
¡Pero demonios!, si no está embarazada.
¡Pero demonios!, si mi amigo va a saber que le ha puesto los cuernos conmigo
¡Pero demonios! si veo por el cristal que una persona está agitando uno cocker spaniel por una terraza.
¡Pero demonios! si mi problema evoluciona sin que yo tenga ningún control sobre el mismo.
Con tanto demonio circundando mi cabeza decidí montar mi particular circo infernal y me sentí abrumado por mi buena suerte y mi mala suerte. Porque pese a que la suerte se tome como buena, si miras la RAE –yo soy de mirar mucho la RAE y mis pies, a veces más mis pies, a veces más la RAE, va por momentos-, las dos primeras acepciones son de algo casual, fortuito, que puede ser bueno o malo. Pues eso, buena o mala suerte.


jueves, 11 de agosto de 2016

Seguimos con Nino....

Ocho y media de la tarde, el oso de la Puerta del Sol cubría mis espaldas, no sé si algún mamífero más tocho cubría al oso por detrás, pienso que  el oso es de piedra y bronce, eso le da empaque, eso y soportar cada 31 de diciembre de la capital. Yo sin embargo soy de estraza y piel de tomate, lo cual me da una versatilidad ante una pelea física digna de un chicle de menta. Mi mente sin embargo es un prodigio de poderío, una barbaridad tremendamente intricada de premisas, deducciones, tesis, antítesis, dialéctica y condones sin poner. Ese soy yo, un minino con la cabeza de un ciempiés. No entiendo cómo puedo aspirar a Silvia siendo así y tampoco como Elena me folla con mis atractivos. Quizás sea mi habilidad de espadachín,…vamos Nino, sé honesto, ni sabes la diferencia entre un florete y un sable, salvo por la frase de “limpiar el sable”. La verdad que es mucho más elegante “limpiar el florete”, pero si la dijese con un amigo cerca pensaría que ahora me gustan las películas de Meryl Streep.
No creo que folle mejor que nadie,…bueno sí, mejor que algún cadáver pasadas cuarenta y ocho horas tal vez sí, aunque habría que contar con la rigidez duradera. Total que no creo que ese sea el motivo de que Elena me haya follado un millar de veces desde la fiesta…bueno un millar, unas diez, pero añadir ceros se me da bien. Suelo añadir ceros a mi libreta de éxitos con Silvia, ya llevo como unos cincuenta ceros sin ningún numero previo.
Esperando a Elena veo que estoy empapando los bolsillos del pantalón, llevo las manos dentro para ir secándomelas para cuando llegue Elena. Las saco, intento airearlas y casi arreo un bofetón a una niña que pasa por mi lado, me disculpo ante el padre, el padre se disculpa porque la niña va a lo loco y yo me siento como un imbécil. No hace frío, más bien calor, unos veinticinco grados. Yo sudo y tengo frío. Quizás esté enfermo, debo estar lleno de ninococos. Me voy a un escaparate, miro el reloj, son las ocho y veintinueve, lo mismo la criatura ya tiene cuatro semanas, y yo sin cuidarla, ya me vale. Y encima voy dando bofetadas a los niños que pasean por la Puerta del Sol. No valgo para padre, perdóname Elena, soy lo peor. Rafa, soy lo peor de lo peor. Silvia, soy lo más horrendo. Triángulo con ojo, ¿puedo volver a las pajas?

-       Hola Nino, -aparece Elena, joder, que guapa está. Lleva una falda corta, top ajustado blanco con sujetador sin tirantes, tengo una erección y me digo que es preciosa para follármela ahora mismo y luego babear por Silvia, ¿estoy gilipollas?.
-       Hola, ¿qué pasa tía?, -si hubiera premios por los saludos estaría nominado año tras año a los premios Razzies.
-       Anda vamos a algún lado, tenemos que hablar.
¡¡¡Hostias!!!, “tenemos que hablar”, he logrado una auténtica proeza. Esa frase la dicen las chicas siempre, pero cuando son pareja. El hecho de que una chica que no sea mi pareja me diga que tenemos que hablar es algo extrañamente absurdo, paradójico y propio de una ecuación cuántica. Es algo muy de Heisenberg, no es posible saber la velocidad y la posición simultáneamente de una partícula, no es posible que una chica tenga que hablar contigo y que no sea tu pareja al mismo tiempo. He logrado una quiebra en el continuo espacio, tiempo, mujer, sexo.
Entonces pensé que si una tía te dice “tenemos que hablar” cuando eres su pareja es porque de una forma eufemística te está diciendo “quiero cortar contigo pero digo estas palabras para no sentirme mal, así solo te siente mal tú por quedarte más solo que la una, gilipollas”. Por tanto si solo hay una relación sexual es porque algo pasa que te va a impedir tener sexo con ella de nuevo “te digo esto porque quiero dejar de follar contigo pero no quiero sentirme mal por echar de menos tu florete, así que te haces unas pajas mientras yo incubo nuestro retoño”. Lo cual me llevaba de nuevo a que estaba embarazada…pero claro, si está embarazada el menor de los problemas sería acostarnos, no creo que pudiéramos fecundar de nuevo para tener embarazos sucesivos, sería un hito en el ser humano “pareja tiene 3 embarazos consecutivos en intervalos de seis semanas”. Si eso pasara posiblemente me haría rico dando conferencias acerca de nuestra habilidad natural, de mi florete y de los cuernos de Rafa. Pero no creí que no fuera el caso.


Caminamos hacia algún sitio donde tomar una cerveza, mi cabeza sigue dando vueltas al nudo de la cuestión, el desenlace lo veía lejos aún. Observaba que ella hablaba pero por sus gestos debía ser algo banal, yo asentía y perfectamente podía estar diciéndome que había inyectado una aguja con salfumán de efecto retardado en mis venas la última vez que me quedé dormido con ella para que mi muerte fuera digna de una novela pulp de los años treinta, que me había hecho fotos desnudo en posición fetal mientras babeaba y las publicaba en internet, y que había hecho una colecta para que me declararan lerdo mayor del reino…que ni me enteraba. Yo estaba con mis pensamientos y ella con su perorata, en la que de pronto escuche el nombre “Rafa” y puse atención…pero no, era que Rafa volvía al día siguiente de pasar unos días en Santander y que ella no había tenido ni dos días seguidos para salir de Madrid. Al oír esto pensé que a mí me había venido bien porque así había estado con ella, y luego sentí cargo de conciencia porque eso significaba que Rafa era un astado digno del siete de Julio por mi culpa.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Vuelta a escribir???

Caminos varios te llevan a dejar de escribir, a dejar que todo vaya transcurriendo a mitad de camino entre la nada y lo imposible. En ese camino donde decides tumbarte y mirar hacia ningún lugar con los ojos abiertos y entretenido por la rutina incesante que huele a narcótico eterno.
He recuperado El libro de Rachel y me ha hecho recordar de dónde viene parte de mi antigua comedia en la escritura…creo que ese libro, el George Highway que se queja lastimosa e irónicamente de todo y de sí mismo, que emplea el sarcasmo como forma de expresar sus fobias y deseos, creo que mucho de Nino proviene de él.
Nino se encontraba perdido…pero quizás tenía vitalidad, cómo no iba a tenerla si navegaba entre dos puertos llenos de metales preciosos, entre Silvia y Elena…

Intento volver a su historia...qué podría ser…

Quedar con Elena una tarde de septiembre para que me contase algo me generaba una inquietud similar a la que un presidente americano debe tener cuando suena el teléfono rojo o cuando ha olvidado qué ha hecho con su llave del botón suicida nuclear. Elena no me llama para contarme algo, ella me llamaba para decirme a qué hora y dónde íbamos a follar y yo respondía con una afirmación que últimamente me resultaba complicada de aceptar. Saber que Silvia era el ser que se bebía todo mi pensamiento y follar con una amiga suya engañando a mi amigo era complejo…bueno, complejo es una forma de decirme que era un hijoputa. Un hijoputa complejo, uno de esos que mea en la herida de un perro después de haberle pateado. Aunque mi colega no era un perro, si bien a veces lo parecía observando lo que le hacía moverse, salir a la calle, comer, y ladrar. Pero era mi amigo…
Así que Elena me llamó para contarme algo y empecé a pensar las alternativas que se me planteaban, las puse en una lista:
1.       Que se había enamorado de mí
2.       Que no quería volver a verme
3.       Que se había quedado embarazada.
4.       Que se había enterado de que estaba enamorado de Silvia, se había puesto celosa y la había mandado amordazada en un cajón destino a Bejing (eso que conocíamos como Pekín…)

El que se hubiese quedado embarzada además tenía dos opciones rápidas:
1.       Que el padre fuera yo
2.       Que el padre fuera mi amigo
3.       Que fuera una morsa
La tercera la juzgué poco probable. En realidad la puse para poder balancear la primera con la misma posibilidad que la tercera…yo no tenía bigote pero había echado últimamente una tripa que podría evolucionar a sirena de los mares. Me puse a pensar en los preservativos y recordé que una de las veces no pude recordarlos, porque no los usamos, pero ella me dijo que se tomaba la píldora luego y que sin problemas. Ya lo había hecho con Ernesto algunas veces…
Pero ¿y si se había olvidado?, de pronto vi que mi lista pasaba a ser la siguiente
1.       Que se había enamorado de mí
2.       Que no quería volver a verme
3.                     Que se había quedado embarazada. DE MI
4.       Que se había enterado de que estaba enamorado de Silvia, se había puesto celosa y la había mandado amordazada en un cajón destino a Bejing (eso que conocíamos como Pekín…)
5.       Que mi amigo había adoptado una morsa como mascota.

Inmediatamente empecé a sudar, las manos se me empaparon hasta tal punto que comenzaron a arrugarse y en minutos un océano recorría los senderos de mi mano. De manera que con la vista nublada empecé a pensar que además había dedicido que iba a ser madre…y yo padre. Y que todo se iba a la mierda. Ni Silvia ni vida. El mundo se reía de mí, me veía al gran hacedor en su trono de artesano y con su ojo en el triángulo diciendo:
“Bien Nino, ahora después de follar a la novia de tu mejor amigo, de enamorarte de una chica que también tiene novio, y de olvidarte de lo feliz que te hacían las pajas, vas a tener que volver a ellas durante un buen periodo de tiempo. Eso y afrontar la realidad ante tu amigo, tu familia, Silvia y el tipo del kiosco de periódicos. Este no te dirá nada pero será un tipo sin ataduras y tu estarás bien jodido.
Por cierto, si sigues sudando así ni siquiera podrás hacerte pajas”


El resto de la tarde antes de quedar con Elena estuve intentando buscar una manera de cambiar mi identidad pero todas tenían que ver con la mafia o con testigos protegidos. En ninguno de ambos casos me daba tiempo a hacerlo para esa tarde.

viernes, 5 de agosto de 2016

De nuevo?


El desierto del papel en blanco…o del Word en blanco. Esa estepa que cruzar sin alforjas nuevas, simplemente con tu legado y herencia de tiempos pasados, sin saber qué saldrá…el desierto que atenaza y aterra.  Y puestos a poner palabras que empiezan por ate…el desierto que atentamente ata tus atillos con ataduras atávicas.

Y bueno, puestos aquí se me ocurren reflexiones varias, políticas, musicales, deportivas, actualidad y pasado, viajes, tierras que pasan, auroras y anocheceres, crepúsculos y amaneceres, sonidos, poemas y letras en prosa, libros, películas, historias y recuerdos, cosas que poner, amistades, experiencias, acordes y melodías…

Pero poco a poco…poco a poco, veamos si insisto.  

De momento yo prefiero no quemar a la bruja…veamos cómo reacciona. En cualquier caso el inicio de A Moon Shaped Fool es maravilloso.



Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...