martes, 26 de marzo de 2019

Carabán


El malvado Carabán cminaba entre las secuelas de sus torturas, sus maldades, cada centímetro de piel que había torturado estaba a sus pies, deshecho, sin ser porque el ser se lo había arrebatado en una ceremonia de diversión en la que disfrutaba cual diablo henchido de placer ante el sufrimiento de los sufrientes.
Carabán, demonio incierto en la mente y real, como la esquina del callejón donde vivía Leandro, real para dañar, doler, mirar y reír en un espectáculo oneroso para los que recibían los latigazos diarios. El extraño estruendo del chasquear de los dedos para comenzar la ignicion de las hogueras que nos arden, que nos consumen, que acaban con cualquier esperanza de futuro o de presente, el pasado ya se fue y nadie es capaz de asirlo más que en palabras de libros que los pocos días se olvidan o se queman en la desidia del olvido.
Carabán, azota las palabras, los actos, los telones de la escena, las mierdas de los altos y miserias de los bajos. Carabán, explota tus diatribas en las sienes de quienes no entienden la bondad o la maldad, explota, estalla, derrota cualquier hilo de venganza pues no hay más venganza que la que expones en tu mesa bailando como demonio pleno de odio, suciedad, asiduo de la mentira y recabador de una montaña de excremento en la verdad. Carabán, disfruta de tu odio pues no hay nada más que merezcamos en la caverna fría, gélida, glaciar y helada de esa gruta donde transportas entre risas y escarnios a cada uno de los tipos que encontraste a tu paso.
Carabán…exhibe tu belleza de diablo sin pasado, de demonio sin presente, de aquel Lucifer alado que fustiga cada uno de los pasos que pisamos entre tanta estupidez ingente, entre tanta falta soberbiada, entre esta osadía que nos parece perfecta porque nuestra imbecilidad la guía.

jueves, 14 de marzo de 2019

Lecturas de siempre...

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“Cuando uno está absorbido por ese tipo de preocupaciones, los incidentes, por así decirlo, superficiales, la realidad, sí, la realidad, se desvanece. De suerte que la verdad propia permanece a salvo, oculta. Pero yo la sentía de todos modos, sentía esa quietud misteriosa que me contemplaba, a mis artimañas de simio.” 


El gran Conrad me lleva a volar sobre uno de los libros que he leído y que debo releer, el corazón de las tinieblas. El libro sobre el que Coppola basó su viaje al "horror, el horror", de Apocalypse Now, cambiando África por Asia, cambiando el Congo por Vietnam, pero respetando el espíritu, el mensaje. El horror, Kurtz, lo imposible y la decadencia, la destrucción del ser humano. El fin y el comienzo de los principios, la moralidad en cuestión,negada o afirmada en una pirueta semántica, asestando un golpe a los formalismos, poniendo en duda cualquier certeza.


Así me siento cuando me siento así, pleonasmo que viene para mostrar el oxímoron del estruendoso silencio que te da el no escuchar el sonido que necesitas para entender la realidad mientras te apabullan los ruidos de lo que te rodea.


“¿Principios? Los principios no son suficientes. Son solo vestidos, trapos que vuelan a la primera sacudida.”

martes, 12 de marzo de 2019

Siempre Dámaso...siempre Insomnio...

INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este
nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los
perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como
un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre
caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por
qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta
ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

domingo, 10 de marzo de 2019

Y hablando de Moondog...


Esta fue la canción que me fascinó nada más oírla, por esta canción pedí un disco de Moondog...y ahora que lo pienso, ¿¿¿dónde tengo ese disco???

En cualquier caso me parece un tema fascinante. El problema es que es una letanía de más de veinticinco minutos y puedes terminar hasta los cojones, pero la línea es maravillosa. Afortunadamente en el disco son unos dos minutos.

Y hablando de Tzara...


Recuerdo un viaje a Alemania, de vuelta, en el aeropuerto, una amiga se me acercó y me dijo "¿Qué lees?", yo llevaba un libro de Tristan Tzara, Tusquets Editores, titulado Dada. Se lo enseñé y me preguntó quién era ese Tzara.
Recuerdo que más que explicarle quién era, hablé un poco del movimiento dadaista y luego le leí varias frases del libro. Ella, simplemente, no entendió nada y me dijo, entre sonrisas, que estaba fatal. Un año antes me había regalado un disco de Moondog, que yo había pedido. Para que te guste Moondog tiene que gustarte Tzara...pensé yo. Ella tampoco entendió el disco, le pareció una locura que no tenía ni pies ni cabeza..instrumentos clásicos al servicio del vikingo de la Sexta Avenida con un toque de jazz. Vaya coñazo parece el disco, me dijo.
Después de la conversación del aeropuerto fuimos desconociéndonos poco a poco y dejamos de hablar. Y es que es lógico...yo estoy fatal, alguien que escucha Moondog o que lee a Tzara no puede estar muy bien, y es mejor alejarse de él. Personas como yo son personas dignas de ser ignoradas, y eso nos duele. Nunca entendí su cara de suficiencia cuando me dijo ese "estás fatal", no supe reaccionar, solamente se me ocurría lo injusto que puede ser que nos fatalicen por conocer otras letras, otras músicas...

Aunque el veredicto, el diagnóstico, no debía ser muy errado, es muy posible que..."esté fatal".

Qué tipo...


Este señor, escritor del siglo XX, de los años XX, de sentimientos XX, de amores XX...siempre acertaba, sus frases son eternas. Para algunos...otros no entenderán por qué alguien como Fitzgerald es aclamado, amado, venerado, estudiado por muchas personas cuyo día a día se compone de realidades y emociones que pasean por el borde donde rompe una catarata, de un lado el inmenso dolor de la caída bañada con las lágrimas de la cascada, del otro el remanso del agua que está contenida.

Tampoco se entiende mucho a Tzara...y también me gusta.

jueves, 7 de marzo de 2019

Sensaciones...



Me siento como si las piezas no encajaran,
como si el salón protestara
como alma de Comedia circulando en la Toscana
Me siento como un silencio en algarada
como un arpa que callara
como parte de un viaje encallado en la parada.
Me siento como el aire de una arcada
como el agua de una charca
como Deckard con su amor de replicada.
Me siento como un ático en la nada
como Luke en la distancia
como Corrine con su mirada congelada.

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...