domingo, 21 de abril de 2019

Elecciones mal entendidas...rompamos la vecindad, rompamos el amor.

Nadie quería entender lo que pasaba, porque entenderlo daba pie a valorar las palabras del que estaba enfrente, valorarlas, pensar que tenían un sentido que no habías contemplado. Y eso daba lugar a un universo donde todos podían tener sus razones, y eso no querías admitirlo. Nadie quería que hubiera un mínimo resquicio por el cual la construcción del edificio ideológico pudiera resquebrajarse.

Nadie era partidario de poner cartas vacuas, tampoco era válida la opción de intentar entender al que pensaba distinto, se le tilda de adversario y punto. No pienses más, si dice algo que sea cierto intenta ridiculizarlo, falsealo, invéntante palabras en su boca para ponerle en evidencia, retuerce al máximo sus afirmaciones para que resulten hilarante u ofensivas. Es tu trabajo, es tu día a día si quieres montarte en el caballo de los nuestros. Si no lo haces, no estarás en ninguna foto, serás un deshecho, un residuo de nuestro trabajo, una mierda más de las que nos deshacemos, un error en nuestra cadena de producción del líder y de la victoria. Recuerda, no serás nada más.

Y, entonces, guardaste tu pregunta en el morral de las dudas, asumiste que no eras nada y que si querías ser algo tenías que callar, tenías que asumir que el señor guardia tenía razón, miraste a tu vecino que era de otro equipo y pudiste ver que también tenía un morral. Solamente por eso le odiaste, solamente por eso pensaste que era un siervo de aquellos a los que odiabas. Solamente por llevar el mismo morral que tu llevabas.

Jamás volviste a pensar que tú también llevabas un morral. El mismo, relleno con lo mismo, lo único distinto era el color del morral, pero el contenido...si hubieras mirado el contenido...ambos tenían el odio sembrado por otros, tenían el ideario de tu mente, y no era tuyo, ni el de tu vecino era el suyo. Era el que otros habían sembrado.


Esa noche os retasteis, cuchillo en mano, en el patio de la corrala donde ambos habíais compartido carajillos. Nada bueno podía presagiarse...

Lily, la andaluza del medio oeste que vaga por las llanuras de mi pensamiento

Suenan las tantas de la mañana, miro a mi lado, y no estás, un desierto que no es el tuyo se extiende en esta habitación de hotel. Pongo a Dylan y me recuerda lo poco que te gustan las voces desangeladas, y lo mucho que me enamora el azadón de un obrero entre los golpes para plenar la puta tierra de miles de semillas.
Son las mil de la mañana así que debo ponerme la corbata que me lleva al estiercol diario, para acordarme que no tengo tu amor y no hay brazos sobre los que echarme cuando llegue a la noche a mi rincón cubicular repleto de mierda y alcohol para poder olvidarme que no tengo tus manos entre mis labios, los dedos que me encanta saborear por su sal. Aquí no llueve cariño, aquí solo hay monedas de níquel que nadie quiso gastar y tiró pro la ventana para que algunos indolentes como yo las recogiéramos mientras tú buscabas al chico listo rubio y guapo de lugar.
Son las tantas de otro día que golpea mis párpados para que me levante entre los cansancios de la bebida de ayer y un dolor tremendo de espalda que no quieres aliviarme, te fuiste con una falda vaquera y me quedé con unos jeans que eran tuyos y sobre los que duermo cada noche, para oler lo que me queda de ti, esos jeans son la funda de mi almohada para recordar que tendría que llevarte flores cada sábado al jarrón que dejaste de oler porque y olvidé llenarlo de los claveles que tanto te gustaba contemplar como andaluza morena.
Suena el reloj a una hora intempestiva de la madrugada que golpea mis días una y otra vez, sin poder hacer el amor antes de ir a la ducha, o hacerlo en la ducha o simplemente escuchar tus palabras de amor mientras entro en un cuarto de baño que compartimos, tú lavando tus dientes y yo sentado acariciando tu culo, besándolo con una intención sexual y una comprensión literaria de la felicidad. Mientras te dejas que te lo bese tu ponías varias canciones y acercabas tu sexo a mis labios, simplemente para alejarlo luego y yo al cabo del rato te decía "Lily, es hora de que tú y yo seamos uno durante un rato", y me dabas un bofetón suave y me dejabas tirado en el lavabo con la ducha caliente escupiendo un agua tonificante.

Pero Lily, te fuiste, y las noches son plagadas de langostas y las mañanas de plantas terroríficas que absorben mi amor convirtiéndolo en parsimonia eterna, en el deseo de ver de nuevo tu culo, tus labios, oír tus palabras enseñándome cómo afrontar el día. Ahora son así los días, en este cuchitril sin muebles, sin baño y sin ducha. Podrido de tanta suciedad porque ya ni me ducho ni sé qué es el agua. Mi amor está guardado en la única parte del casurrón que está limpio, en una caja impoluta que limpio todos los días. El resto es un universo de caos y detritus. Recuerda que eres tú la que hace los días distintos. Ahora todo son iguales.

viernes, 12 de abril de 2019

El culpable


  • No es verdad la acusación, no sé qué habrán visto pero no es verdad, no lo es señor fiscal.
  • Las pruebas son claras.
  • No las veo claras, y hay mucho de interpretación.
  • ¿Me toma usted por gilipollas?
  • En absoluto, no me parece gilipollas, más bien todo lo contrario. Simplemente querría aclarar que...
  • No tiene que aclarar nada si no se le pregunta.

Mi cuerpo se hallaba torturado por una mente desvalijada de cualquier atisbo de sentido común. Desolado, sin interés apenas por nada, caminando entre reliquias de un pasado que jamás llego a presentarse en el umbral de la puerta de mis días. Poco a poco me daba cuenta de que cualquier intento de salir de la espiral era cortado por circunstancias, algunas con nombre propio y otras con nombre de demonio interior. Pero la inocencia de la última noche penetraba como una hoja de afeitar en gelatina, no entendía la acusación y el fiscal seguía señalándome con el dedo.
  • ¿Acaso niega que cometió los actos de los que se le acusan?
  • Lo niego, simplemente porque no son ciertos. Ni en la intención ni en la descripción ni en la realidad.
  • Las pruebas son claras
  • De nuevo, son confusas, es una interpretación equivocada de realidades del pasado.
  • Niega la realidad, ahí radica el problema
  • Niego la acusación.

¿Acaso niego la realidad?
¿Acaso creo navegar en un océano tormentoso cuando en realidad la única tormenta está en mi interior?
¿No será que la realidad es algo muy distinto a lo que yo creo que es?
La realidad, ese artefacto que es el escenario de nuestras vidas, el estrado donde subimos cada día y que cada día nos trata de formas distintas, con colores diferentes, sabores amargos y dulces, olores que deseamos y que no probamos y es entonces, cuando no podemos llenar nuestro olfato de brisas de otros mundos, en ese momento es tal vez cuando la cuerda de lo razonable empieza a deshilacharse, cuando nuestro traje comienza a hacerse jirones, cuando nuestra piel se lacera en soledad, cuando las miserias afloran y el suplicio abarca nuestros actos dejando una sensación de sufrimiento en nuestra cabeza. Es ahí, quizá, cuándo distorsionamos la realidad y la percibimos de un modo extraño, quizá falso, quizá culpable o inocente en función del fiscal o de nuestra perversión nocturna. ¿Estaría equivocado?
La realidad se aparece como una construcción de palillos, débiles mondadientes, que se rompen cuando te empeñas en que tus pretensiones, tus anhelos, deseos, tus ansias, afanes, ideales, ilusiones aparezcan para conducirte a algo parecido a la felicidad…pero quizá el oriente tenga razón, quizá la felicidad va más en la ausencia de esas ambiciones que en satisfacer las misma. Quizá la felicidad sea solamente contemplar cómo crece la hierba.
La primavera aparece mientras sigo sentado en la silla del acusado, escenificando un juicio donde la sentencia está ya escrita, observando cómo me observan, cómo me odian, cómo pretenden silenciarme, colocar mil esparadrapos en mi boca, “no hables, cállate, eres una inmundicia, un escombro”…quizá sea así, mejor no hablar.
Demasiadas acusaciones, algunas ciertas y admitidas, penadas en el silencio de la celda solitaria, ausente de olores y de promesas de abrazos…otras falsas, bofetadas de imaginación o de decepciones alejadas de mi voluntad y de las que también he sido inculpado. Todas las denuncias de América y de Europa han sido colgadas bajo mi foto, el culpable está aquí, este es el felón, malvado personaje de vodevil mal escrito. Y pese a todo, en más de una ocasión fui exculpado de manera contundente. Pero soy el culpable por decreto…
  • ¿Niega la acusación?


Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...