Estoy triste…hace unos años escribí por aquí, o por otro
lado, unas palabras, unas lágrimas escritas por la muerte de uno que me
emocionaba, Antonio Vega. A mí me emociona lo que me emociona, soy así,
gilipollas o lo que quieran llamarme.
Hoy se ha muerto otro que me emocinoaba, soy hombre,
persona, amante del futbol, desde pequeño he sentido algo especial por el
Atlético de Madrid. Bueno, qué cojones, es que es el club de mi vida, los
colores rojiblancos me han llenado desde pequeño. Gracias a mi hermano Manolo
que me metió esa mierda de veneno que tanto amamos. Hasta le dediqué parte de
mi proyecto de fin de carrera por eso. Mi querido hermano.
Soy del Aleti, muy del Aleti, mis niños lo son, lo intento
cada segundo, ser del Aleti es llorar hoy. No sé porqué, no podría explicarlo,
muchos dirán que es banal, estúpido, frívolo, yo que sé. Pero hoy se ha muerto
Luis, el Sabio, Zapatones. El más grande. Y yo tengo lágrimas en los ojos.
Ser del Aleti es un poco eso. Es llorar por los tuyos y animarles
en segunda. Es poner flores en el corner de Milinko. Es conocer la palabra
zambo por Pereira. Es saber que Europa te debe algo. Es querer lo bronco de
Luis, la grandeza del Cholo. Cholo es rojiblanco, no puede evitarlo y no
quiere. El Aleti te pica, se te mete dentro. No es el madridismo ni lo
blaugrana. Es distinto. Joder, no es culpa nuestra…no podemos hacer nada pero es
así. No hay nada como esto. Luis lo sabía, era jugador del equipo rival y murió
siendo más rojiblanco que el oso del escudo…y es que yo creo, como he leído por
ahí, que era el oso del escudo.
Luis no era Gárate, otro grande, ni Ayala, ni Arteche –otro que
recordamos-, ni Manolo, ni Marina…era Luis. No ha habido nadie como él. Ha sido
nuestro mister. Más allá de otros equipos y de selecciones. Luis iba y venía
pero lo hacía siempre de rojiblanco.
Grande por siempre, estás ahí. Si la directiva estuviera a
la altura pondría tu nombre en el nuevo estadio para que cada domingo, allá
donde estés, te sientes a ver tu nombre en cada partido del equipo de tu vida.
Don Luis Aragonés, muchas gracias por existir. Si ves a mi padre por ahí, dale
un abrazo, por aquí hace años que le echo de menos pero sé que le gustaba mucho
el buen futbol.