Hace mil años hacían otras canciones. Hacían pequeñas obras
de arte, y había píldoras pop también. Y otros con talleres de alquimia, y
otros con recetas a medida, y otros con gominolas graciosas e impactantes. Hace
mil años hacían discos con historias y no eran pocos. Hace mil años unos hacían
hits y otros contaban cuentos. Hace mil años alguns preguntaban y otros
respondían. Hace mil años las respuestas de debajo del colchón salían por que
algunos las azuzaban…y salían riendo.
Hace mil años hacían cosas grandes y negras en un material
llamado vinilo que tenías que escucharlo entero y luego darle la vuelta.
Hace mil años quizás yo era algo…ahora sólo recuerdo o
intento hacerlo.
Belleza… sé dónde está. Está donde tus dedos tocan el
infinito. Está en los pasajes del otoño que te hacen sonreir sin saberlo. Está
en cada acorde que cabalgas hasta que te lleva al paraíso. Está en el Pet
Sounds de The Beach Boys.
Cada canción, estrofa, estribillo, compás, acorde, nota de
ese maravilloso disco está plagado de belleza.
Una mujer rubia puede ser bella, pero tiene que tener algo
más que unos cabellos, tiene que tener la belleza total, lo cual incluye los
acordes o las estrofas.
Una mujer morena puede ser arrebatadora, pero tiene que
tener algo más que unos hilos azabache para que cautive el alma. Lo cual
incluye los estribillos, compases y acordes.
Un mundo sin colores no es bello, y uno plagado de colores
es un pastiche. La belleza de Brian Wilson en Pet Sounds es un trozo de Edén
traído desde más allá de una frontera que muchos ni siquiera hemos llegado a
divisar. Brian la traspasó y nos trajo porciones de una tarta absolutamente
maravillosa. Nos trajo melodías de una tarde apacible, de una noche pasional,
de una mañana plagada de armonías con lágrimas de felicidad, de un mediodía con
sol reluciente, de una comida entre amigos con risas. Nos trajo un memorable
ejercicio de entrega del fuego a los humanos…y los dioses al parecer le
castigaron.
Quiero, ansío, ver Love and Mercy. John Cusack no me
recuerda a Brian Wilson pero dicen que hace un papel magnífico y la película
está bien considerada. Y encima narra parte de la grabación del Pet Sounds.
Adoro ese disco, lloro y río escuchándolo.
Escuchando Pet Sounds me pongo a escribir…algo debe de tener…
Y en mi proyecto fin de carrera no mencioné a Brian Wilson, un olvido que restaño con entradas como esta, con escuchas periódicas.