Si buscabas el cielo en tristes sueños
con el rostro surcado por mil lloros
con la sal y el recuerdo de aquel suelo
donde ayer te tumbabas sin decoro.
Si buscabas un largo y gris deseo
y yo no soy más que otro verso romo
olvidado en el fondo de tu lecho
con mañanas sonrientes al momento.
Enséñame tu cuerpo feliz en cada esquina
levantando las tablas de tu falda arlequinada
revélame el lugar de tu perlada sonrisa
que quiero contemplarla con la imperfección pasada
y abrazar el segundo donde la luna sin prisa
permíteme besar tus manos blancas, dulce miel
lamer ese sabor imposible amando tu piel
Que acontezca el amor de las palabras contiguas
en ese gran salón olvidado que recuerdas
acostados en lechos donde una historia antigua
avisa sin saber que tenemos nuestras cuerdas.