![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZP6_3m6zUv9cksEHr85vuzCF2E2lSm2k98jhAx6ptjk8R5IrMuh14gxBpOTa1fWfNDFvQHFd3njGksNVmB9KZqdtMvYDzHli__xTZlYMTcs3gi_ta8BZlRrAVwREMrmeilm4zwBj8Oo8/s320/venice.jpg)
Hace tiempo…años, lustros, decenios, siglos quizá, alguien
me dijo que no hablara de Venecia porque le dolía. La verdad que no lo dijo de
forma tan poética, poca gente habla de forma poética y en esta persona el hablar,
lo que es hablar, es relativamente escaso. Pero a mí se me quedó grabado el
supuesto dolor que podía causar una ciudad como la de los canales. Ciudad sin
ruido de autos, ciudad con el peso de los siglos a sus espaldas, peso tan
rotundo que hace que sus cimientos se hundan en el Adriático poco a poco.
Hace tiempo que la gente va y viene en lo que es el universo
de incoherencia que me rodea. Me dicen una cosa para hacer la contraria y entre
medias tienen un puñado de excusas. Excusas por las cuales al ir a venderlas al
mercadillo no me daban ni un chavo. Pero ese es otro tema, largo o corto, pero
otro.
Hace tiempo que hablar de Venecia es un tema olvidado pero
con peso melancólico. Ciudad del recuerdo, bizantina eterna, medieval constante
e independiente cada minuto. Plaza de San Marcos donde ves cómo el agua se
infiltra en las terrazas de cafés decimonónicos que olvidan a Garibaldi y
recuerdan al dux. Ciudad de góndolas con cantos personales que no quieren ser
italianos más que en el idioma. Ciudad que no sabes de donde viene ni a donde
va. Ciudad por la que pasear es un placer irreal y extraño, pero placer.
Hace tiempo que no sé muy bien si escribo por recordar o
recuerdo para escribir...o ni una cosa ni la otra.
La imagen creo que es la del momento de no hablar de Venecia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario