EL ARCONTE Y LA BEREBER
El extraño momento del arconte
se asemeja a todo lo que callas.
Dirigiendo designios a hotentotes,
a escuchantes, a sus tropas, ciudadanos.
Y tú te callas a todos los que oyen.
Esos griegos con palabras para hacer
acciones en pos de mandatos del pasado
Y tus oyentes deciden tus silencios en silencio
bulerías que no esconden nada por debajo,
las que tienen cuerdas mudas de desprecio.
El arconte camina entre las piedras, erguido
y tu navegas en palabras con lo incierto,
tras el faro americano del de Princeton
en el Lido
en el Lido
Y miles de musas rubias compiten con tu pelo.
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