El olor de mi miedo en la mañana
aparece en mis noches suburbiales
me estremece y me duele en mis desmanes
el dardo de mi propia cerbatana.
El mal rollo de la hostia de astracana
lo jodido y molesto de estas sales
que se tornan tan libres como partes
de un tramo que supera toda trama.
No entiendo, ni me entiendes en la noche
y el alba se me antoja otro capricho
del rumor que sucede a la jornada
la empatía gasté como un derroche
blandiendo mis palabras como un bicho
mi llanto humedecido siendo nada
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