martes, 15 de abril de 2014

Wild is the wind...yo ni soy salvaje, ni soy viento



Ya he hablado de ella, de la canción, de la versión…de lo salvaje que es el viento. Yo no lo sé, pero sé que lo salvaje se esconde en esquinas tranquilas, que te sorprende en parajes remotos, que la tranquilidad no quiere a lo salvaje.

No conozco el viento, no me gusta sufrirlo, es enemigo de la lluvia y la lluvia me hace sentir bien, amo la lluvia y odio el viento con lluvia porque impide que las manos, los dedos, la seda de la lluvia acaricie mis mejillas. El viento es así de traicionero. No sabes que tu vida es…

Y si me tocas como el viento…vete. No quiero, no quiero sentir dedos fríos, no quiero tener que desear una manta invernal, no quiero que mis lágrimas rieguen mis días. No sabes que tu vida es…

Como si nada fuera cierto, como si todo fuera una partida de ajedrez que no sé jugar ni juzgar. No soy tan salvaje como el viento, no soy nadie que pueda jugar partidas en blanco y negro,…ni en color.

No soy salvaje, no sé jugar en la sabana, no soy alguien que corre. No soy…

Fue..., fui…hace años, unas manos que no fueron, un conjunto teñido de Shakespeare y de poesía renacentista inglesa. Eso fue, eso quedó, eso garved my wall en palabras de un fab four. Y nadie entiende nada…ni siquiera yo.

Y no había impaciencia, no había un ya, y solo quería escuchar canciones.

Y desde una realidad falsa me tocaron, y escuché un sonido, verde…



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