Salones que forman la nave espacial donde bailamos nuestro
vals estelar.
La mujer del tiempo me anuncia tormentas en la cocina de
casa.
Tengo muñecas que me cuentan que no te deje mientras tu
gritas nuestro amor a lucidos borrachos.
He comprado en el Hiper dos Mirindas para beberme tus besos
con sabor a naranja.
Escupo monedas sin ser mago y la tele escupe billetes del
AVE a tu mansión.
Después de todo el reloj que me regalaste solo marcaba
nuestro final.
Hoy vi a Mazinger alquilando un mercedes blanco para descansar en Torremolinos.
Los cuadros que pintabas siempre eran en blanco y negro y me acusabas de robarles el color.
La ciudad no duerme porque están asaltando tus emociones a ritmo de sintetizador.
No hay poetas en este barrio, se fueron atraídos por el color del dinero.
La ciudad no duerme porque están asaltando tus emociones a ritmo de sintetizador.
No hay poetas en este barrio, se fueron atraídos por el color del dinero.
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