Buenos días desde un sitio que no sé cómo se llama, ni dónde está, ni a qué huele.
- Cariño no me entiendes.
- Bueno, no es exacto, en realidad a quien no entiendo es a mí mismo.
- ¿Y a mí?
- A ti sí, ¿por qué crees que no te hablo todos los días?
- ¿Entonces?
- Entonces deseo hablarte todos los días y no lo hago. Así que camino por un mundo perdido.
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