No es importante lo que dijimos el día que nos dejamos de
mirar al espejo, no es cierto que fuera más o menos veraz lo que nuestra pasión
desbordada necesitara plantar delante de nuestro reflejo. No es así, porque las
verdades, como los sabores, tienen mucho que ver con el gusto y, sobre todo, con
el sabor real de lo que te metes en la boca.
El amor, l’amour, oh my love… que levanten la mano los que
sepan de esto. Porque ningún escritor ha sabido realmente de esto.
Cuando sabes de esto te pillas un whiskie y te piras a tu
casa para que tu chica disfrute o que tú disfrutes…que alguien disfrute
Es tarde…quiero dormir…ciertamente, cada vez escribo peor.
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