Beduina...
Deberíamos volver a conocernos
Olvidarnos de nuestros gestos
Pensar en el tiempo de no sabernos
Lamentar la soledad sin el sol del otro
Deberíamos volver a conocernos
En la sala de un palacio desierto
Plagado por conocidos sin vernos
Hasta toparnos sin querer y sin decoro
Deberíamos volver a conocernos
Siendo libres para decirnos adiós
Amando descubrir lo que no entendemos
En sueños distintos, rodeados y solos.
Deberíamos volver a conocernos
Sin saber de mis palabras en versos
Descúbrelos comenzando de nuevo
En una partida donde ganar los dos.
Deberíamos estar en una colcha de raso donde nadie
descubriera que veníamos de mundos diferentes en geografía sentimental, que no
habíamos pisado en nuestra pequeña imaginación los mismos caminos pero, que ,
realmente caminábamos todos los días en la rutina que nos obligaba a no pensar.
Todos los días amanecía la estación de la amnesia pues la alternativa nos
destrozaría y romperíamos todo el universo conocido a nuestro alrededor. No
disponíamos del tiempo que podríamos tener para leer, si lo tuviéramos desperdiciaríamos
nuestros minutos en odiar…y no nos gusta odiar. Cualquiera que se cruzara con
nosotros en una nueva aventura giraría para mirarnos sin darnos el beneplácito
del dolor que produce una canícula constante, una fiebre meridiana que imbuía
nuestras mentes de lo dolor por ausencia de la felicidad que tanto habíamos
dibujado en cuadernillos de adolescente y que tirábamos al cauce de un río que
no llegamos a disfrutar juntos bañándonos desnudos.
Buenas noches. Días jodidos...
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