No hay tantas luces en la ciénaga
No hay un rumor que sugiera tu marcha
Ni tampoco una pequeña brinza de hierba
Que me digas que no estás rota
No hay una sugerencia después de tantos años
No hay nada que esté tan cerca como para adivinar tu sonrisa
No existen los días ni las noes tan solo gritos
No tienes un futuro sacrificado en el café
Ni tus maravillosas beldades nadan en capitostes
Son, solamente, el refugio de la esquina donde mareamos
Perdices o quizás otras Evas o aves
O el rumor de una amistad en una aparato de miles de
palancas
En las que nos había de esperar en un zaguán
El señor que nos sonríe de dos a tres
Ese señor que nos muestra donde aposentar
Mi puto culo, porque
tú lo odiabas
Y no entendía nada ni tú tampoco
El menor de los designios estaba reptando en tu habitación
Como lagartos jugando a ser salamandras que se disfrazan de lagartos
Dime donde te escondiste ayer
Porque te estuve esperando esa puta mañana
Entre cafés imposibles y cervezas llenas de espuma
Y recordé la esquina donde no os encontramos ayer
Donde los rumores sugieren secuencias
Y las secuencias hablando del maestro Truffaut
Y descubro como las esquirlas del horror están bailando
En sinuosas danzas
Que ni tu ni yo quisimos bailar
Porque teníamos prisa
La prisa de la ducha en tus pechos desnudos