Si buscamos detectives en nuestro interior resulta que salen muchos. Todos aquellos que son pasajeros del tren de la desconfianza. Cada vez que no duermes porque sospechas de algo generas un detective, un nuevo Marlowe, un Spade de la vida que se dedica a intentar saber qué hace aquel sujeto de la sospecha.
Todos tenemos detectives, igual que todos tenemos asesinos de ideas, dilapidadores de sonrisas y relatadores de excusas. Todos somos un poco lo que no somos.
Y ultimamente cuando oigo Taxman me pregunto si los Beatles eran de izquierdas o de derechas. Pero con el sign of the times alguno habrá que diga que eran franquistas.
Vivimos en la estupidez.
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