Érase una vez un momento que se encontró con un instante y se volvieron eternos. Se llamaban Alfa y Omega.
No hay muchas realidades, posiblemente solamente una, y en esa se confunden los acentos con el modo gracioso de hablar.
El paradigma del amor es un tipo esperando desoladamente en una esquina en una tarde lluviosa, sin paraguas, y que sus lágrimas se confundan con la lluvia.
No hay errores en algunas conversaciones y, sin embargo, otras conversaciones son un error. Y el horror sobrevuela a veces en los silencios.
Ultimamente pongo meses pasados y futuros...September in the rain desde Octubre.
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