sábado, 1 de febrero de 2014

Lágrimas rojiblancas



Estoy triste…hace unos años escribí por aquí, o por otro lado, unas palabras, unas lágrimas escritas por la muerte de uno que me emocionaba, Antonio Vega. A mí me emociona lo que me emociona, soy así, gilipollas o lo que quieran llamarme.
Hoy se ha muerto otro que me emocinoaba, soy hombre, persona, amante del futbol, desde pequeño he sentido algo especial por el Atlético de Madrid. Bueno, qué cojones, es que es el club de mi vida, los colores rojiblancos me han llenado desde pequeño. Gracias a mi hermano Manolo que me metió esa mierda de veneno que tanto amamos. Hasta le dediqué parte de mi proyecto de fin de carrera por eso. Mi querido hermano.
Soy del Aleti, muy del Aleti, mis niños lo son, lo intento cada segundo, ser del Aleti es llorar hoy. No sé porqué, no podría explicarlo, muchos dirán que es banal, estúpido, frívolo, yo que sé. Pero hoy se ha muerto Luis, el Sabio, Zapatones. El más grande. Y yo tengo lágrimas en los ojos.
Ser del Aleti es un poco eso. Es llorar por los tuyos y animarles en segunda. Es poner flores en el corner de Milinko. Es conocer la palabra zambo por Pereira. Es saber que Europa te debe algo. Es querer lo bronco de Luis, la grandeza del Cholo. Cholo es rojiblanco, no puede evitarlo y no quiere. El Aleti te pica, se te mete dentro. No es el madridismo ni lo blaugrana. Es distinto. Joder, no es culpa nuestra…no podemos hacer nada pero es así. No hay nada como esto. Luis lo sabía, era jugador del equipo rival y murió siendo más rojiblanco que el oso del escudo…y es que yo creo, como he leído por ahí, que era el oso del escudo.
Luis no era Gárate, otro grande, ni Ayala, ni Arteche –otro que recordamos-, ni Manolo, ni Marina…era Luis. No ha habido nadie como él. Ha sido nuestro mister. Más allá de otros equipos y de selecciones. Luis iba y venía pero lo hacía siempre de rojiblanco.

Grande por siempre, estás ahí. Si la directiva estuviera a la altura pondría tu nombre en el nuevo estadio para que cada domingo, allá donde estés, te sientes a ver tu nombre en cada partido del equipo de tu vida. Don Luis Aragonés, muchas gracias por existir. Si ves a mi padre por ahí, dale un abrazo, por aquí hace años que le echo de menos pero sé que le gustaba mucho el buen futbol.

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...