jueves, 26 de abril de 2012

Volviendo de Sevilla



Cuando vuelves de Sevilla piensas que hay algo por allí que aún no has visto. Y claro que lo hay. Hay tantas cosas en cada ciudad que dejas por ver que siempre hay algún motivo para volver. A todas menos a Ciudad Real…allí creo que no hay nada por ver, es más, creo que si vas a esa ciudad te sobra todo lo que has visto en ella. Ciudad Real es una ciudad inventada en el medio de la Mancha, es un pedazo de nada en medio de la nada más universal. La nada manchega, famosa por el loco de Don Alonso Quijano, se llena con retazos de historia castellana. Con pedazos de reconquista y pueblos típicos plagados de tópicos. Pueblos manchegos donde el rumor es la actividad habitual, donde el cuchicheo en vez de volverse arte se torna en artificio, donde el criticar al vecino es necesario y público porque el vecino lo está haciendo también.

Cuando vuelves de Sevilla atraviesas las tierras manchegas y te preguntas porqué fue Córdoba el último lugar plagado de cultura árabe. Porque Toledo algo tiene pero no es Córdoba. Toledo que pasó de ser capital visigoda a la ignorancia musulmana, se reclamó a sí misma en la reconquista castellana. Y es que algo debían intuir aquellos seguidores de Alá para olvidarse de la capital goda. Algo debían suponer para que su rastro en La Mancha sea tan liviano.

Cuando vuelves de Sevilla dejas atrás una ciudad con río, y un río da otro aire a la ciudad. Un río de verdad, no como los ríos de metrópolis como Madrid, cuyo río es una pequeña estafa y además lo enterramos para que no moleste ni huela. Yo prefiero el Manzanares enterrado, total, para lo que nos valía verlo lleno de suciedad. A veces, asomándote por algún puente, podías ver que el río bajaba lleno de corrupciones y detritus de nuestros alcaldes y políticos. Ahora, enterrado, suponemos que la corrupción se ve menos…pero es una vaga ilusión.

Cuando vuelves de Sevilla piensas que tienes que volver…y esto es así siempre.

jueves, 19 de abril de 2012

¿Por qué no existe nada?



Nada, no existe nada. Solo un pequeño ápice de realidad entre tú y yo. Pero apenas nada más. El mundo que vivimos nos lo robaron, fue hurtado en una noche de alcohol, ebrios por el sabor de un futuro mejor. Y desde entonces no hay nada que nos pueda resarcir.

No existe nada, quizás las piedras que llevan al jardín que nunca cuidaste, lleno de ramas y matas de hierbas ansiosas por regalarte una flor.

El mundo se perdió entre tú y yo. Y a mí me quedó el color mutante de una hoguera invernal, llamas que suben y bajan y cambian del amarillo al naranja.

Tuvimos muchas letras, sílabas y palabras llenas de temores y sentimiento, tuvimos tantas sensaciones que la intensidad se convirtió en un rayo donde descargar en un instante todo lo que nos sucedía…y desde entonces no sé nada de ti.

No existe nada desde entonces, tan solo una proyección de la realidad que alguien dice que es lo real.

Quizás exista Shakespeare, el amor y llamar a la amada...

¿Monstruos falsos?


Nadie corre en el universo más rápido que un fotón, o al menos eso dicen.

Nadie es más que nadie en este mundo, o al menos eso dicen.

Nadie merece ser silenciado sin motivo, o al menos eso dicen.

Nadie merece ser abandonado cuando no hizo nada, o al menos eso dicen.

Nadie merece que le miren mal por soberbia, o al menos eso dicen.

Nadie merece que el amor le destroce, o al menos eso dicen.

Nadie merece llorar todos los días, o al menos eso dicen.

Nadie merece un espíritu que le tortura, o al menos eso dicen.

Nadie tiene más derechos que nadie, o al menos eso dicen.

Nadie llora como si el mundo fuera el infierno, o al menos eso dicen.

Nadie debería vivir saboreando lágrimas todos los días, o al menos eso dicen.

Nadie debería humillarse por coger tu mano, o al menos eso dicen.

Nadie debería olvidar momentos nocturnos caminando entre edificios, …esto, quizás, no lo dice nadie.

viernes, 13 de abril de 2012

No lo sé



Suena música en un ambiente de oficina y las caras aparecen con sombríos gestos, como si murmuraran el final de una sonrisa placentera y esperaran sumirse en un mundo de tedio y rutina. Septiembre. Finales de veranos o principios de cursos. Stacion termini o comienzo de ilusiones. Despedidas estivales o saludos otoñales. Olor a tierra mojada, una mejilla apoyada somnolienta sobre la palma de una mano. Café caliente y el tiempo que cambia. Nubes centenarias retratadas por pintores eternos, bulevares mojados y manga corta con chaqueta.

La llegada al laborar después de los días obligados de asueto supone...

¿qué supone? 

martes, 10 de abril de 2012

De vuelta a la rutina


Volver de Semana Santa es como volver de un sitio en el que no estabas especialmente bien pero que tampoco te apetecía dejar del todo. Es una vuelta extraña porque no has tenido el suficiente tiempo para cansarte de las vacaciones pero se queda largo para lo poco que uno llega a hacer…o al revés, se queda corto porque tienes la suerte de empezar algo interesante pero te quedas jodido porque no acabas de disfrutarlo por lo escaso del tiempo que tienes por delante.

El no estar especialmente bien puede ser porque es una rutina extraña, porque es un escape artificial, porque no eres tú mismo o porque el tiempo es demasiado corto para los planes. El no querer dejarlo puede ser porque no quieres volver a la rutina habitual, porque el escape es una liberación, porque sabes que tampoco serás tú mismo en la vuelta o porque quieres que el tiempo sea más largo para los planes.

Al final la Semana Santa la disfrutan de verdad los hosteleros y los fervientes aficionados a las procesiones. Una buena procesión satisface a todo el mundo alrededor, al que anda debajo de la talla correspondiente, costalero de pro, porque está culminando todo un año de preparación, al devoto sea costalero o seguido a pies juntillas y a veces descalzos de lo que ve, al turista que va a observar la curiosa interpretación de la religiosidad del pueblo de turno –con gritos de saeta en Andalucía y con silencio terrorífico en la antigua Castilla-, y al hostelero que aprovecha las multitudes para hacer el agosto en marzo o abril.

Pero si eres turista de los de disfrutar de tardes tranquilas o noches divertidas, si quieres leer o escuchar buen rock, si necesitas del libro amigo o de los amigos con quien cantar una canción de Oasis, si te gusta la sensación del estómago cosquilleante…entonces creo que tienes que buscar una alternativa la procesión de rigor.

Mis viernes de pasión andan por el olvido, no sé si alguna vez hablé de esto en alguna parte de este miserable blog. Recuerdo viernes plagados de embriaguez con la Velvet Underground y una botella de DYC ventilada a palo seco mientras el disco del plátano iba sonando…y después el Harvest de Neil Young. Recuerdo Semanas Santas dolorosas que se quedaron en el pasado como recuerdo de lo que está en algún lugar.

Ahora son sucesos extraños por esperados…

miércoles, 4 de abril de 2012

Cansado...escribiendo de lo antiguo...

Apenas con ganas de nada...

Si la lluvia cae en agujeros de metal, si la lluvia viene, si la lluvia nos habla de que el sol está dormido, de que le gusta jugar con cartas de otros mundos, si te dice todo eso ¿te importa?, ¿te importa no ver el brillo del sol?, ¿te importa vivir mojado cuando comienza a llover?, ¿te gusta que siempre comience a llover?

Si no hay días para volver a pintar tu fachada de colores centelleantes, si el dorado invade los ríos que salen desde la vereda que ves desde tu ventana

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...