martes, 28 de mayo de 2013

Tiempo de nubes con sombras de algodón



Qué es el tiempo más que un modificador. ¿O quizás no?
A veces el tiempo hace que lo que era bueno pase a ser malo, o viceversa. A veces hace que lo que antes te parecía un tostón ahora te parezca apetecible y lo que antes era una pasada de emoción ahora te resulte cuesta arriba con la pereza que eso lleva de equipaje.
El equipaje...eso es sí que varía, a veces una mochila está repleta de sensaciones y otras un baul de dimensiones siderales no lleva dentro más que una mínima carga de alegría. Los equipajes son curiosos, inmedibles porque lo que va dentro del alma no se puede medir con metros al uso, tiene que ver con lo que puedes sentir y las mediciones de lo que sientes son complicadas. Apenas perceptibles y tremendamente subjetivas.
¿Qué es el tiempo cuando no sabes lo que es un momento?, los momentos son poco medibles, no tienen nada que ver unos con otros, siendo todos momentos distintos. Y si los momentos son distintos ¿cómo vamos a entender el tiempo sin ser señores del mismo?
Y los días van y vienen.
La relación entre las sombras y el tiempo es más sutil de lo que podemos imaginar. No hay sombras en el día a día porque no te fijas, la verdad es que las sombras están permanentemente porque posiblemente son la proyección de los momentos sobre el reloj de lo que pasa. Pero esto no lo entiendo yo, posiblemente solo sea una manera de hablar que no significa nada.
Recuerdo que una vez lloraste de emoción leyéndome.

lunes, 20 de mayo de 2013

YO ESTUVE EN MARTE




Ya han pasado más de 48 horas desde que el milagro se consumó en un estadio talismán para nuestras finales. Más de 48 horas después de que la realidad aplastara a la ficción, porque la idea de que la copa del Rey 2013 engrosara las vitrinas del Calderón era digna de un cuento delirante de Philip K. Dick, una realidad virtual como el viaje marciano de “Podemos recordarlo todo por usted” el cuento de la película Desafío Total donde ante la imposibilidad de poder ir al planeta rojo, alguien compra recuerdos implantados para tener la sensación de haber estado allí.

Eso queríamos todos los rojiblancos, incapaces de pensar que la realidad nos brindara el triunfo, nos conformábamos con el recuerdo del mismo, recordando continuamente aquella final del 92 con Schuster y Futre.Pero al igual que en el cuento, la realidad se encargó de mostrarnos que esos recuerdos no iban a ser falsos porque hoy sé que estuve en Marte. Sé que hemos ganado al todopoderoso eterno rival, fábrica de fichajes archimillonarios, rodillo físico y técnico, maquinaria de fútbol total construida por el peso del dinero.

Y al igual que en el cuento, parecía que el estamento de presión no podía permitir que la realidad fuese la que es. Al igual que Douglas Quail era perseguido para evitar que fuera consciente de la realidad de su memoria, algunos de  los “señores” del equipo blanco gritaban, perseguían la realidad para que fuera eliminada, Di María pedía penaltis inexistentes, Mourinho berreaba al cuarto árbitro y Cristiano Ronaldo, ese personaje con caprichos de niño, comportamientos de niño, y calidad de número uno, se desesperaba llorando y pegando patadas en la cara al humilde rival, al Douglas Quail que de pronto se daba cuenta que los recuerdos que deseaba no estaban siendo falsos, que no eran implantados.

Recuerdo que el viernes  le dije a un amigo “esto es imposible pero...y si pasa”. Pues pasó, el viernes la historia decidió no jugar a los dados para poner un muro ciego a las oportunidades madridistas, porque niego que fuera suerte, aquello fue una intervención directa del destino aconsejado por el testimonio de la historia. Fue el destino que se vistió de juez implacable y devolvió las miserias de las derrotas durante catorce años de derbis desiguales a un equipo henchido de soberbia en los preliminares. Se hizo justicia ante los desaires continuos de los de Concha Espina, mostrando la peor de sus caras, la de no admitir que el fútbol no se creó para sus victorias sino como un juego donde cualquiera tenía el derecho de la victoria.
Hubo jugadores que mostraron lo que el Real Madrid no es a día de hoy, jugadores gallardos que saben lo importante del saber perder, lo elevado del sabor de la derrota cuando demuestras que el rival también se merece tu respeto. Ramos, Alonso y Casillas supieron estar, quizás no sea casualidad que también sean estandartes de la selección española, quizás no sea más que el resultado de un grupo, el de la selección, que eliminados los egos (aquellos Raúl, Cañizares eliminados por Luis Aragonés) fueron capaces de entender que lo importante es el grupo. Y ahí Simeone ganó la partida, en el grupo.

Las ruedas de prensa posteriores fueron ejemplo de lo que son ambos grupos, ambos equipos. Un Cholo que recordó en primer lugar a la gente ignorada, a todos los trabajadores del club, luego a sus jugadores, a los chicos que vestirían camisetas del Aleti al día siguiente. Un Cholo que no habló de sí mismo cuando podría presumir de sacar al club del pozo y llevarlo a 3 campeonatos en un año y medio. No, no dijo lo grande que ha sido lo que él ha hecho sino que respondió un “preguntádselo a los jugadores”.

Por otro lado el gran showman, el monologuista del onanismo, el narcisista que haría palidecer al mismísimo Narciso, se dedicó a hablar una vez más de él....pero qué más daba. A nosotros, los atléticos, nos daba igual, teníamos nuestra décima.

El viernes tuvimos nuestro sueño más dulce, nuestro recuerdo ahora no es implantado, ahora sabemos que estuvimos ahí, en el planeta marciano que era ganar al Real Madrid millonario, en su campo, con Cebolla frente a Di María, con Adrián frente a Higuain o con Raul García frente a Arbeloa,...esos fueron nuestros cambios en la prórroga y fue, como dijo el Cholo, porque los chavales lo pidieron.

Ahora podría relatar a los once titulares, pero eso ya lo han hecho todos los diarios.

Yo me quedo con mi planeta marciano, estuve allí.

sábado, 11 de mayo de 2013

Pretéritos...



Si sabes guardar un pretérito imperfecto es que me ganas. Si sabes jugar a una máquina de 1 euro la partida, y jugamos tú y yo, y te pones como una energúmena por ganarme, entonces pensaré en musas pasadas que me ganaban. O a los dardos. También pienso que si conspiras en un cuarto oscuro mirando estadísticas que nunca existieron, entonces me ganas de nuevo.

Y si te sientas en tu sitio sin asimilar nada entonces vuelves a ganarme mientras que yo escribo poemas y poemas sin sentido para alguien que siempre gana.

Y si no reaccionas porque tu silencio te envuelve y crees que es tu coraza entonces no ganas. Entonces pierdes, pierdes todo lo que es real porque te proteges con corazas de plástico en vez de buscar el metal que tantas veces te ofrecieron.

Y si el metal te asusta entonces es que no tienes otro remedio que buscar una solución. La tuya, pero una. Si no quieres mi revolución entonces niegate, haces bien, pero intenta estar pensando en la gente que conspira para que no te sorprendan.

Pero, palabra de Sandance, siempre estarás en el pensamiento de quien pasa lista. Siempre estarás en su papel en blanco. Siempre serás quien ponga una palabra clave con tres consonantes.
Siempre habrá gente que conspira.

martes, 7 de mayo de 2013

Nadas de las que hablar



Escucho Oniria e Imsonia. Y la parte final de la canción es especial. Tomo la imagen de otro blog, alguien que escribe mejor que yo y que ya habla de la canción. Yo hablo de otras cosas...o de otras nadas.

Será un reencuentro inesperado en noche azul,

Y va la primavera a su rollo, sin tener en cuenta a nadie. 

Y es bonita, palabra cursi, bonita. Palabra que a mí me parece bonita en sí misma y que se describe de un modo tonto, inocente y tal vez naif. Bonita es bonita. Pero decir eso es parecer tonto y naif, y la canción sigue sonando.

Será un reencuentro inesperado en noche azul...

No veo reencuentros en noches azules, ni grises. El carromato de Musa salió con dirección a lugares que no parece que tengan fácil retorno. Pergúmeno se queda pensativo, sorprendido por la luna muchas veces con cara de lelo. Posiblemente sea un lelo. Uno más en la culata de Musa, una muesca más.

sí, ya lo verás,cuando me gire entre la gente, serás tú,sí, ya lo verás....

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...