martes, 19 de noviembre de 2013

Escribiendo


MUSGO DE CAVERNAS

Mil doscientos, con cavernas, que se empeñan en mostrar
tus trozos de disculpas, tus entornos que entender
las memorias que golpean tus trozos gigantes de sal
caleidoscopios empeñados en lo extraño mostrar.
No, no es así,
no tengo ganas de mis ansias pero tú las buscas
No es así,
busca si es así
en universos disolutos por el placer del amor,
en desiertos de pestañas sin cerrar.

Con los dados olvidados al azar
pudiste entretenerte en la partida del ayer
pero el anterior de tus deseos era impar
y mis dados marcan sietes por doquier
señal del brillo que podrías esconder
en tus destellos que no veo al despertar
en las palabras que tus ojos callan sin querer.
Y ¿cómo quedan estos naipes que marqué?
cuando todos los que juegan esperaron
a que el tiempo despojará del parné
de aquellos escondidos en el faro,
en aquel de la decencia sin traspiés.

Más mis naipes quedan rotos al revés
por tener el aire idiota americano
del que escribe mal, como un ciempiés
escritura falsa, burda, de un marrano.

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