viernes, 15 de noviembre de 2013

Musgo


MUSGO

Tus palabras parecen
aferrarse a tu conciencia.
Se agarran a lo debido,
como el musgo brota en piedra.
Como el musgo bien sujeto,
impertérrito al invierno,
duradero,
aferrado,
bien asido al mineral.
Mis palabras son más de lo liviano,
temblorosas,
como hojas otoñales
sacudidas por un viento caporal.
Arrancadas,
de ese árbol que tranquilo
mira el tiempo,
y yo pienso enmudecido
que en la nueva primavera,
en los brotes de las hojas,
el presente será igual
que aquellas que pasaron.
Y estas nuevas
sin remedio volverán
a pasar por otro otoño,
volverán a caer,

volverán a temblar.


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