jueves, 9 de marzo de 2017

Letras fantasiosas...letras de refresco con apenas sabor



In the wee small hours. Leo que es un gran disco de Sinatra, no lo tengo, entro en amazon, lo añado a la cesta. Así va el tema. Joder...¿cómo es posible que no lo tuviera?

Escucho la canción que da título al álbum y me sorprende que me hubiera pasado tan desapercibida hasta ahora, me pongo a leer sobre ella. Curioso, fue grabada por primera vez por Sinatra en dicho álbum, se la enseñaron los compositores David Mann y Bob Hilliard y enseguida el gran “blue eyes” decidió que estaría en su siguiente disco.

La letra es preciosa, de esas letras de otoño total, melancólica, triste, abúlica… y los arreglos de Nelson Riddle creo que van perfectos. La melodía me parece algo anodina, pero está perfectamente conducida por la voz sublime del de Hoboken.

Y así pasan los días, con unos minutos de descanso para escribir algo en este blog superficial, en mis días de contemplación de la atmósfera mentirosa que rodea el ambiente de cualquier lugar de trabajo. Así pasan las cosas y esta noche estás bailando descalza mientras un par de gintonics sobrevuelan la ciudad hacia una terraza escondida en el deseo de tu fantasía. Un tipo dirige una orquesta y el puto smoking me queda pequeño. Los zapatos me gustan, y decido fumar una pipa mientras me escondo por la prohibición. Alguien llega y me comenta que a las horas en que el local pone estándards de los años 40 siempre se permite fumar. Agradecido continúo con mi pipa y veo pasar a mi lado a David Niven de la mano de Shirley McClaine. Al fondo Sinatra canta “the way you look tonight”, y el gin tonic está delicioso.

Las pequeñas horas de la mañana serán las que acaricien la imaginación sin que esté la chica que bailaba descalza a mi lado. Debe ser que lo correcto es compañero de lo recto, y la cama parece de una rectitud ancestral. Lo recto y lo que viene en el lado que no ves, los poemas de penas y las penas que son culpables de un vino majestuoso que bebimos en copas de diseño imposible. Dalí te llama y tú sales corriendo. Normal, la última vez te dibujó saliendo de un falo elefantiásico. Yo me quedo flirteando con el tocadiscos.



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