martes, 25 de abril de 2017

Más de Nino


Llegar a casa y ponerte a Topo en 1997 no era normal, hacia quince años que estas bandas habían pasado al baúl de los locos que se quedaron en una fumada de los ochenta. Pero a mí me ponía escucharlos, yo soy de Vallecas y siempre he tenido una conciencia de clase rara que me hacía enervarme con canciones como “mis amigos donde estarán” como reivindicación del rock urbano de barrio. Siempre me sentí deudor de ciertas canciones y esta era una de ellas.
En casa a las 5 de la mañana tras un mal polvo con Elena y Topo sonando, era el paráiso del infierno obrero. Una pija maravillosa en el sexo a la que me follaba me había echado de casa por montarle un pollo extraño y, claro, yo tenía que reivindicarme ante los míos. Los míos eran una silla de ruedas desvencijada, un ordenador, una cama deshecha y mis devaneos de clase obrera.
Ahí estaba yo, pensando en que la revolución era necesaria para poner en su sitio a todos estos gilipollas con dinero que lo único que quieren es a un proletario para follarle y luego olvidarse de él…
La verdad es que…no era así. Pero yo lo sentía así. Quería tomar varias Bastillas porque Elena me echó de su casa de manera destemplada…la muy hijadeputa me echó de casa después de llamarla hijadeputa. Qué descaro por su parte.
Y allí estaba yo…con Topo y un whisky recién abierto de esos que solo se beben con Coca Cola, pero yo no tenía refresco, solo tenía ganas de gritar. En una extraña justicia poética la novia de mi amigo me echaba de su casa tras una discusión sin sentido en la que yo me reivindicaba por estar enamorado de Silvia. Y ahí comenzó mi nueva cadena de errores. No tenía suficiente con ir por la vida engañando a mi mejor amigo follándome a su amiga con el argumento personal de que el sexo era maravilloso con ella. No. Tenía que hacer un balanceo olímpico de incoherencia y en un plié digno de una avezada bailarina le dije a Elena tras un polvo majestuoso que estaba deseando que ella fuera Silvia. Sí amigo, así fue. Nino el trapecista dio un doble salto mortal sin red, sin trapecio y sin manos. El manco de Nino quiso emular la antigravidez de una película de serie B y me di una buena hostia.
Y todo esto fue después de que Elena me contara que no estaba embarazada, total que después de la tranquilidad que me supuso enterarme que mis vástagos eran algo del futuro decidí liberar mi mente y desvelar mis sentimientos con Silvia a la tía que me follaba. Lo cual no hubiera sido problemático si hubiera sido solo una confesión pero yo en plena apoteosis melodramática la dije que me sentía mal por tener sexo con ella cuando estaba enamorado de Silvia. Ese fue el detonante.
No sé es que momento mi módulo de empatía quebró en sus funciones pero decirle a Elena que me siento mal por follar como conejos con ella debido a mi amor etéreo por Silvia sin pensar en que ella está con Rafa y que pese a ello en nuestros encuentros ella era una Mesalina en plena bacanal conmigo…era evidente que me había ganado una hostia pero Elena, con su educación de Barrio de Salamanca estaba por encima de eso, simplemente me echó a la calle a las 4 de la mañana con un sencillo:
- Nino, eres gilipollas. Si querías joderme la noche lo has conseguido, vete a tu casa y ya hablaremos…puta mierda.

Y tenía toda la razón…pero eso yo no lo veía una hora más tarde en mi casa con Topo a tope y mi sesión de música ochentera..Puse el Rock del Ascensor de Tequila para sentirme como un machote pero en el ascensor solo aparecía Silvia… y otras veces aparecía Elena preguntándome ¿En serio no te gusto?
Poco a poco me dormí…


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