miércoles, 24 de mayo de 2017

Un nuevo personaje...este Nino anda perdido



Es complicado de manejar; de ordenar; es un rollo; es una montaña que no se porque llaman rusa. Quizás por la revolución que fue un remolino de idas y venidas, de subidas y bajadas. Es complicado de manejar, es un rollo justificar lo que no haces…hasta lo es cuando justificas lo que haces. Sentir que algo se te va de las manos es una putada, al fin y al cabo las manos tienen 5 dedos cada una salvo prodigios naturales o accidentes, y con cinco dedos puedes manejar muy bien el sexo ajeno e incluso el propio, pero te ves incapaz de manejar los sentimientos. Para eso el cerebro se queda con ganas de tener huellas, dedos que tiren de los hilos…los hilos emocionales que puedes agarrar con tus manos son imposibles de pillar. Es como pillar un chiste en sueco cuando no sabes sueco…e incluso sabiéndolo porque con los manuales que veo de cosas suceas creo que deben de tener un sentido del humor especialmente sutil. Aún no entiendo eso de que Alfredo Landa se follaba a todas las suecas. Si eso fuera así yo debería tener varios vástagos que asolasen tierras con sus drakar, y lo único que tengo es un montón de fantasías con Anita Ekberg.
Total que este asunto de Silvia y Elena estaba comenzando a ser un rompecabezas que no podía montar, y pensando en esto me puse una tarde la canción Jigsaw Puzzle de Rolling Stones para ver si desordenaba aún más los asuntos. Sonaba la intro de Richards (o de Jones, vaya usted a saber) cuando sonó el teléfono…
- Hola
- Hola Nino, joder no hay quien te pille.
- Hey, que pasa Sofi…

Sofi, Sofía… mi maldita conciencia. Apareció tras meses sin saber de ella. Mi amiga de la infancia, la que conoce a Rafa y siempre me decía “Rafa es un gilipollas ¡no como tú!”. La gran Sofi.
Sofía y yo nos conocíamos de ir juntos a la EGB y BUP, a mí me gustaban los Beatles pero no me atrevía a decirlo con 14 años y con el arrebato de Hombres G, a ella le gustaban los Rolling Stones y lo soltaba con su indumentaria hippie a los 16 años. Desde los 12 años empezamos a confesarnos amores, nunca nos enamorábamos entre nosotros lo cual nos permitía ser muy sinceros.

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