Cada día era una sombra, unas veces alargada, otras veces
con tu olor soñado en cada pesadilla. La sombra tenía cabello moreno, pies
desnudos y cascabeles en sus muñecas. La sombra saltaba,ganaba, reia, bailaba y
miraba mi silueta sobre el fondo del pozo seco donde me hallaba como en un
cuento de Edgar Allan Poe.
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