sábado, 13 de octubre de 2018

Bellezas...¿inútiles?



No sé si alguien leerá esto, pero el silencio que imponen por decreto sin posibilidad de réplica ante jueces invisibles es un momento tan rotundo que parece una eternidad.
Hace unos días pensaba en la belleza inútil, al parecer eso fue también un error, una reflexión mañanera que debía haber sido silenciada. El hacer cosas erróneas una y otra vez me convierte en un campeón de la equivocación, ejerzo una destreza épica estropeando el mundo, soy el non de un par, la torpeza o la vileza, maldad o estupidez. Debo generar una corriente amalgamada de horror en todo lo que se me acerca, mis textos deben ser un necronomicón de la vida cotidiana.
Y en este mundo imposible que cada día se me antoja más complicado, en esta conjunción de caminos y veredas insospechadas, vuelvo con mi reflexión, la que se me quedó a medias entre la cabeza y el tintero. Lo inútil y lo bello.
Mejor canción para adornar estas palabras que All This Useless Beauty de Elvis Costello no se me ocurría. Todas las bellezas que he visto, olido, oído tocado o saboreado, de todas, no alcanzo a adivinar que ninguna fuera inútil. Pero la belleza no es igual para todos, la belleza no es práctica de la misma manera. A mí la belleza me genera pasión, amor, amistad,...una canción, una sonrisa, una frase. No veo inutilidad en mi universo en estas manifestaciones, para otros quizá sí. En mi forma de entender el mundo la belleza es parte esencial, y sé de bellezas que me odian pero que siguen pareciéndome parte de un universo maravilloso donde las tildes funcionan o donde los dioses del Olimpo debaten en preciosos ejercicios de dialéctica con clásicos de otra época como Petrarca.
Sé que un guión me vuelve loco, una escena de Lubistch o de Wilder, un acorde, una melodía, un olor, o un tacto. Hay cosas que sean o no prácticas son bellas, y eso me vale. Posiblemente sea gilipollas. Sea malvado. Sea un monstruo... pero no sé si será por esto...

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