miércoles, 12 de febrero de 2020

Estos días…

Hoy me he levantado con los líos del congreso y Venezuela, porque al parecer ahora Maduro es bueno porque el vice se lo ha enseñado al presi en el finde de casa rural que han pasado, el Mobile que está que si sí que si no por el coronavirus, al que han cambiado el nombre, Trump que va a recibir a nuestros reyes ante lo cual no sé si decidirá presentarse con un manto de armiño, y un lunar pintado en la mejilla acicalada con polvo de talco, para mostrar al mundo que el único rey es él que tiene un aire a Simba con esa melena rubia de ordenador.

Hoy ya no se habla del Brexit, el Reino Unido está fuera de nuestro entorno y parece que el drama de meses se ha desvanecido y ahora todo el mundo mira a otros sitios. La atención se desvía mientras que en Madrid llegan rumores de que la comunidad va mejor, o peor, y que el paro ha subido en el conjunto del Estado. Y la palabra Estado se utiliza ahora desde las instituciones del gobierno cuando era patrimonio de gerifaltes arrabaleros periféricos con más complejos que sabiduría y menos ideas que palabrería.

Así que hemos llegado al febrero de este año bisiesto esperando que el mes nos sorprenda con su día de regalo por aquello de ajustar la vuelta al sol. Ese ajuste que ahora resulta un tanto extraño ya que las estaciones obedecen, al parecer, a los designios de unos señores muy malos que llevan capa larga y que asustan a los niños en las noches de invierno, las dos que hay ya que también se han cargado el invierno. Y mientras esperamos que este mes culmine su andadura con un epílogo en forma de día 29 me pregunto cómo llevan el cumpleaños los nacidos en dicho día. Supongo que los años bisiestos serán una fiesta de locura pues solamente pueden celebrar su cumpleaños como Dios manda una vez cada cuatro años. Yo esto no sé si lo manda Dios pero la frase es como muy de toda la vida, de eso que ahora van a empezar a prohibir pues puede recordar al dictador (ya no sé si al de El Ferrol o al de Jerez), a Fernando VII o a Felipe II, que seguramente en nada comience a ser vilipendiado por aquello de llamarse a sí mismo “El Rey” y firmar como tal. Semejante descaro merece una ley orgánica y delito penal para todos aquellos que se refieran a Felipe II como parte de la historia del Estado. No vaya a ser que alguien se crea que una vez este Estado fue una potencia y, aquí, potencia lo que se dice potencia no hay más que la del niño polla, que para eso es alguien que tuitea y es trending topic, expresión ya caduca por cierto.

Así que resulta que tras escuchar la radio esta mañana, cambiando de emisora una y otra vez para ver si alguien me contaba de una maldita vez si ya sabemos la trama que se esconde detrás del asesinato de Kennedy, he podido constatar que vayas al canal que vayas todos hablan de lo mismo en lo que a noticias se refiere. Y claro, es que una noticia es algo actual, así que todos reflejan la misma pared y cada uno la pinta de un color u otro…pero la pared es la misma. Lo curioso del caso es que mientras se dedican a pintarla olvidan lo que hay detrás de la misma, lo mismo hay un vertedero o un paraíso…pero mejor miremos el color de la pared, mejor pintemos un mundo donde todos debemos estar consternados de manera unísona por los mismos acontecimientos, unos por un color y otros por otro, pero los mismos acontecimientos. No pensemos en nada más que en lo que nos cuentan, no hay nada más…por eso los libros que leemos son bonitos y por eso la filosofía es un rollo del pasado. Por eso la música es reggaetón vayas donde vayas y por eso la liga la ganará el equipo de Concha Espina, porque aquí mucho cambiar de gobierno y lo que han conseguido es que la liga la vuelva a dominar el equipo con mayor tradición de títulos del Estado. Pero claro, ¿qué podemos esperar si hasta nuestro vice se ha puesto a aplaudir al Borbón? pero claro es que Felipe ya lleva lo suyo…que es del Aleti.

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¿Dónde…

…quedaron tus pies descalzos caminando?