No sé muy bien por qué escribo aquí, quizás porque sé que no me leen en las granjas privadas donde el desierto y Montecarlo se acercaban. Quizás una estúpida idea de que me lean aquí los ojos que odian el sabor madrileño del chotis...ese odio que mantengo y defiendo, ese odio que me identifica como inmundicia de tiempos lejanos y horrendos, ese odio que me hace ser un ser de lo terrible, el objeto de las lenguas afiladas de mil esclavos medos, soy lo que digas o lo que desprecies. Soy, sin más, el rey de tu altivez, el monarca de lo que cada día expulsas de tu atrio, el ministro de tus babas en forma de escupitajo que viertes sobre mi mano.
martes, 15 de junio de 2021
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