sábado, 30 de noviembre de 2013

Escribiendo.



Me doy cuenta de que lo último escrito es puro detritus, un desperdicio de alguien que pierde el faro para escribir y le sale lo que le sale.

Me pongo la fantástica Daughter de Pearl Jam, y veo como hay belleza objetiva. Por ejemplo esta canción, cualquiera que la escuche debería quedarse extasiado. Es absolutamente perfecta. Melodía preciosa, letra impactante de una niña con problemas. No me llames hija, no me sienta bien. Versión en directo, prefiero la de estudio porque es más contenida, algo más, preciosa.

Y aquí sigo sin saber qué escribir en general porque no hay nada que me vaya motivando. Los tiempos griegos y bereberes parece que andan perdidos en el mundo de los recuerdos, los días modernos de Chaplin traen sus tiempos, tiempos duros sin risas. Me gustaría reir más. Y eso hace que no me puedas llamar triste, don't fit to me, pero hay cosas en el mundo, en el día a día, que hacen que mis sonrisas se entretengan detrás de unas cortinas para que no se las vean.
Razones hay mil para no saber nada, y otras tantas para intentar saber más.

No puedo romperme porque no me gusto roto. No me gusto y en general hay lluvia en las ventanas de una casa olvidada por el pasar de los días. No es raro ver que una máquina de limpiar basura pase por mi alma,...esparciendo su agua para dejarlo todo brillante...pero no hay manera de que brille. Me lo dicen mucho por ahí...


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