sábado, 21 de mayo de 2016

Nuevas ideas...




Fleish miraba con ojos inquisitivos a la androide, quería besarla en un arrebato de deseo sexual. No podía haber solo tuercas detrás de ese cuerpo absolutamente brutal, pechos con turgencia extrema y mirada sensual. Ahora triste y dolorida por la paliza que acababa de recibir en el recinto 233 de investigación de actividades robóticas ilegales. Y Flesh la deseaba, pero no podía dejar que su deseo cediera a su tarea, su intelecto estaba sometido, querida androide…

  • Así que dice que no ha vivido como debería vivir… ¿qué significa eso en un androide creado por humanos?
  • Significa lo mismo que en un humano creado por humanos…al fin y al cabo usted, como yo, no hemos elegido estar aquí.
  • Pero yo soy igual que mis padres –apuntó Flesh- tú…tú ¿a quién eres igual?
  • A mí…
  • ¿Cómo?
  • Usted no es igual a sus padres, tiene comunalidades, pero no es igual. Usted solo es un deshecho filtrado de la generación anterior.

Flesh se levantó de la silla y abofeteó a la androide, lo hizo con rabia, no sabía muy bien el hilo conductor pero no tenía dudas del estímulo. No podía dejar que un pedazo mecánico insultara a su familia…y un insulto a él era un insulto a su familia.
  •          Zorra, ¿cómo te atreves a hablar de mi familia?
  •          Si me llamas zorra admites que no soy una máquina, y hablo de tu familia porque la realidad te trasciende y no sabes lo que eso significa. Detrás de mis circuitos hay más realidad y más humanidad –como vosotros la llamáis- que la que tú tendrás en toda tu vida.
  •          Hijadeputa…
  •          De nuevo me concedes humanidad…


Fleish estaba jodido porque llevaba dos meses con problemas personales, trabajo, familia…y ahora le tocaba un interrogatorio a un androide femenino. No entendía porqué estaba en esa unidad, el comisario McLento decía que era el mejor para los casos difíciles, y no hay nada más difícil que un caso de androides. Y ahí estaba Fleish, intentando saber porqué la androide, Livias, había matado a dos personas y luego intentó arrancarse la batería. Con este panorama, sin ganas de nada, había recibido el ataque verbal de la androide y no sabía reaccionar más que de manera violenta. Volvió a abofetearla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...