jueves, 11 de agosto de 2016

Seguimos con Nino....

Ocho y media de la tarde, el oso de la Puerta del Sol cubría mis espaldas, no sé si algún mamífero más tocho cubría al oso por detrás, pienso que  el oso es de piedra y bronce, eso le da empaque, eso y soportar cada 31 de diciembre de la capital. Yo sin embargo soy de estraza y piel de tomate, lo cual me da una versatilidad ante una pelea física digna de un chicle de menta. Mi mente sin embargo es un prodigio de poderío, una barbaridad tremendamente intricada de premisas, deducciones, tesis, antítesis, dialéctica y condones sin poner. Ese soy yo, un minino con la cabeza de un ciempiés. No entiendo cómo puedo aspirar a Silvia siendo así y tampoco como Elena me folla con mis atractivos. Quizás sea mi habilidad de espadachín,…vamos Nino, sé honesto, ni sabes la diferencia entre un florete y un sable, salvo por la frase de “limpiar el sable”. La verdad que es mucho más elegante “limpiar el florete”, pero si la dijese con un amigo cerca pensaría que ahora me gustan las películas de Meryl Streep.
No creo que folle mejor que nadie,…bueno sí, mejor que algún cadáver pasadas cuarenta y ocho horas tal vez sí, aunque habría que contar con la rigidez duradera. Total que no creo que ese sea el motivo de que Elena me haya follado un millar de veces desde la fiesta…bueno un millar, unas diez, pero añadir ceros se me da bien. Suelo añadir ceros a mi libreta de éxitos con Silvia, ya llevo como unos cincuenta ceros sin ningún numero previo.
Esperando a Elena veo que estoy empapando los bolsillos del pantalón, llevo las manos dentro para ir secándomelas para cuando llegue Elena. Las saco, intento airearlas y casi arreo un bofetón a una niña que pasa por mi lado, me disculpo ante el padre, el padre se disculpa porque la niña va a lo loco y yo me siento como un imbécil. No hace frío, más bien calor, unos veinticinco grados. Yo sudo y tengo frío. Quizás esté enfermo, debo estar lleno de ninococos. Me voy a un escaparate, miro el reloj, son las ocho y veintinueve, lo mismo la criatura ya tiene cuatro semanas, y yo sin cuidarla, ya me vale. Y encima voy dando bofetadas a los niños que pasean por la Puerta del Sol. No valgo para padre, perdóname Elena, soy lo peor. Rafa, soy lo peor de lo peor. Silvia, soy lo más horrendo. Triángulo con ojo, ¿puedo volver a las pajas?

-       Hola Nino, -aparece Elena, joder, que guapa está. Lleva una falda corta, top ajustado blanco con sujetador sin tirantes, tengo una erección y me digo que es preciosa para follármela ahora mismo y luego babear por Silvia, ¿estoy gilipollas?.
-       Hola, ¿qué pasa tía?, -si hubiera premios por los saludos estaría nominado año tras año a los premios Razzies.
-       Anda vamos a algún lado, tenemos que hablar.
¡¡¡Hostias!!!, “tenemos que hablar”, he logrado una auténtica proeza. Esa frase la dicen las chicas siempre, pero cuando son pareja. El hecho de que una chica que no sea mi pareja me diga que tenemos que hablar es algo extrañamente absurdo, paradójico y propio de una ecuación cuántica. Es algo muy de Heisenberg, no es posible saber la velocidad y la posición simultáneamente de una partícula, no es posible que una chica tenga que hablar contigo y que no sea tu pareja al mismo tiempo. He logrado una quiebra en el continuo espacio, tiempo, mujer, sexo.
Entonces pensé que si una tía te dice “tenemos que hablar” cuando eres su pareja es porque de una forma eufemística te está diciendo “quiero cortar contigo pero digo estas palabras para no sentirme mal, así solo te siente mal tú por quedarte más solo que la una, gilipollas”. Por tanto si solo hay una relación sexual es porque algo pasa que te va a impedir tener sexo con ella de nuevo “te digo esto porque quiero dejar de follar contigo pero no quiero sentirme mal por echar de menos tu florete, así que te haces unas pajas mientras yo incubo nuestro retoño”. Lo cual me llevaba de nuevo a que estaba embarazada…pero claro, si está embarazada el menor de los problemas sería acostarnos, no creo que pudiéramos fecundar de nuevo para tener embarazos sucesivos, sería un hito en el ser humano “pareja tiene 3 embarazos consecutivos en intervalos de seis semanas”. Si eso pasara posiblemente me haría rico dando conferencias acerca de nuestra habilidad natural, de mi florete y de los cuernos de Rafa. Pero no creí que no fuera el caso.


Caminamos hacia algún sitio donde tomar una cerveza, mi cabeza sigue dando vueltas al nudo de la cuestión, el desenlace lo veía lejos aún. Observaba que ella hablaba pero por sus gestos debía ser algo banal, yo asentía y perfectamente podía estar diciéndome que había inyectado una aguja con salfumán de efecto retardado en mis venas la última vez que me quedé dormido con ella para que mi muerte fuera digna de una novela pulp de los años treinta, que me había hecho fotos desnudo en posición fetal mientras babeaba y las publicaba en internet, y que había hecho una colecta para que me declararan lerdo mayor del reino…que ni me enteraba. Yo estaba con mis pensamientos y ella con su perorata, en la que de pronto escuche el nombre “Rafa” y puse atención…pero no, era que Rafa volvía al día siguiente de pasar unos días en Santander y que ella no había tenido ni dos días seguidos para salir de Madrid. Al oír esto pensé que a mí me había venido bien porque así había estado con ella, y luego sentí cargo de conciencia porque eso significaba que Rafa era un astado digno del siete de Julio por mi culpa.

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