martes, 21 de marzo de 2017

Mentiras que uno mira desde el otro lado de la colina...

El mutismo llega y no puedes hablar, está prohibido. El mutismo lo impone alguien que decide qué es el mutismo y que es lo mejor, alguien del cual nadie sabía su poder. El poder del vacío, impuesto de manera absoluta, sin opción a hablar con nadie más. Soberano que decide que nada hay fuera.

Soberano que sentencia. Que dice que cualquiera de nuestras palabras son vacías y sin sentido, que no sabes escribir ni lo que escribes. Soberano que ataca para joder. Soberano que manda porque entiende que la única forma de ser es ser mandando, todo lo que sea no imponer una pauta le parece objeto de debilidad. Soberano que afirma no ser así.

El ser que todo lo sabe impone su palabra y los demás agachan las cabezas. Ese ser que sabe si echas o no de menos a alguien, que sabe la verdad, que ejecuta su palabra con un hacha de bronce forjada hace miles de años.

Hasta los putos huevos de las mentiras que la gente inventa.

Pero se vive mejor inventando mentiras.

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