viernes, 5 de mayo de 2017

Torpe demonio...lerdo


No sé escribir, no sé qué poner en este montón de granos de arena en forma de papel blanco virtual, pantalla vacía como mi mente.
No sé qué decir si lo que digo apenas tiene sentido.  Si lo que digo se convierte en humo de una hoguera alimentada por la miseria de mí mismo.
No sé que relatar porque mis relatos se consumen a sí mismo sin un final que los lleve a un buen puerto.
No sé si alguna vez ha tenido sentido escribir nada de nada. Si alguna vez tuve talento lo borré, lo abandoné, o aniquilé y dejé sus restos en las fosas de una memoria maltrecha.
No sé qué demonios soy o dejo de ser. Quizás solo un demonio torpe, al que han echado del infierno y que anhela un cielo al que jamás podrá entrar. Un demonio sin hogar, sin maldad pero con el mal como rutina, incapaz de hacer el bien por falta de talento, incapaz de hacer el mal por falta de voluntad. Un demonio lerdo, contumaz en su letanía de quejío perenne, con una habilidad brutal para equivocarse. Un mal demonio, un mal ángel, un mal escritor.

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