lunes, 11 de junio de 2018

La frase



- Si me tienes cariño...

Las palabras retumbaban en el interior de la cabeza. Miraba las frases y no encontraba la dirección de las diatribas. "Si me tienes cariño". Era tan evidente que no comprendía el eslabón que había llevado a la cadena de distancia, el salón del palacio había sido cerrado y dudaban de su cariño.

Paseaba a solas, entre el vaho de los tubos de escape de una ciudad taciturna. La multitud sin embargo percibía la luz soleada de un astro que se reía de él lanzando rayos de colores amarillos relucientes, luminosos.

Pero ni siquiera percibía la risotada insolente del sol, su sombrío ánimo aplacaba cualquier momento resplandeciente, solamente pensaba en la frase "si me tienes cariño". Y pensó que, posiblemente, era una frase mermada en su inicio. Tener cariño sonaba algo trivial, un leve pensamiento, un querer pero sin mucho interés, un algo que no le sucedía. Él no tenía cariño de esa forma, no era tal su percepción, no era una más, no era el conocido que te cae bien. Tener cariño no le conduce a ese caminar solitario por las calles estrechas del alma, tener cariño es algo que podría olvidarse en un par de días, de horas, o de minutos. No era una conocida, y la amistad fue secada en el momento en que una alambrada de metal surgió entre ambos. Por más que quisiera atravesarla no era posible, era un muro imposible de derribar. Y no podía entender porqué tenía que prescindir de la única amistad que en años le había fascinado. No lo entendía y cada día era un nuevo laberinto mental sin salida. Sin Asterión y sin salida, sin lucha y sin posibilidad de ver la puerta.

No saber qué era él divergía en su mente, no sabía qué era para ella ni para sí mismo. Quizás el mundo se antojase divertido para alguien en esta partida donde no tenía damas, solamente fichas rojas tristes como las uñas pintadas antes de una fiesta sin invitados. Para él no.

Empezaba a sentirse olvidado, empezaba a dejar de existir en la memoria, empezaba a dolerle cada palabra, empezaba a llorar cada recuerdo, empezaba a no saber cómo avanzar en los libros que tenía que leer. No quería ser un olvidado.

¿Cariño? es más. Cuando te dije cariño era distinto al tener cariño. Cuando tengo cariño por alguien no le digo cariño, le digo hola...cuando siento cariño, es otra cosa. Sentir es distinto de tener.

Se negaba a ser un olvidado más...pero no sabía cómo remediarlo.

¿Tan fácil era decir la frase?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...