lunes, 11 de junio de 2018

Paranoia sin encontrar a Jana

Resultado de imagen de paranoia

El mundo de los elfos comenzó a girar en la cabeza de Gari, no entendía que pasaba pero un trastorno real comenzaba a mezclar la realidad con un estelar planeta de cristales rojos, rotundos y sonoros. No entendía nada, intentaba captar lo que cada día le ofrecía pero había un punto de desconexión que le impedía oír las palabras y solamente oía los pensamientos.
Ello pasó después del adiós, en ese momento solo escuchó la frase, después fue incapaz de reproducirla, solo era capaz de alcanzar el sentido de la misma. De ahí a percibir exclusivamente el pensamiento de quien le hablaba mediaron apenas un par de días.
No entendía el color de las llamas que incendiaban su cabeza, eran sonrosadas con tonos perfectamente químicos y aletargadores. Esta alteración de los sentidos le iba produciendo somnolencia y ganas de beber gaseosa.

Uno de los elfos se le apareció en sueños, descalzo, sin bailar

- Hola Gari, ¿no tienes ganas de ver al rinoceronte?
- Ya sabes lo que quiero oir.
- Dije ver.
- Si oir es imposible el ver me resulta un camino por el desierto.
- Ya salió el desierto, tenía que salir -el elfo se puso a saltar enloquecido, presa de un histerismo milenario, con su traje ajustado desabotonándose ante los estertores- ¡ya salió el desierto! -gritaba.
- Siempre sale, además tu eres producto de mi imaginación, no debería sorprenderte.
- ¡Ya salió el desiertooooo!
- ¡Cojones, pero si tú has aparecido descalzo!

En ese momento el elfo se transformó en Freud, y pidió a Gari que se tumbara, reposando su cabeza sobre un lecho de heces de mandril australiano.

- No hay mandriles en Australia -replicó Gari.
- ¿Has estado en el zoo de Sidney?
- ¿En Taronga?
- Sí
- No
- ¿No?
- No, no he estado, y no tienen mandriles.

Freud, asombrado de lo testarudo que era el entorno a la hora de parecer una habitación de hotel del casino de Montecarlo le dijo a Gari que tenía que salir puesto que llegaba tarde a una cita con Jack Kerouac.

- ¡¡¡Pero si eres mi imaginación!!!
- No digo que no -respondió Freud- pero la generación beat puede que esté en el imaginario colectivo y, como podras imaginar, la imaginación impone que tu imaginación no pueda cercenar la imagen que la imaginación de escritores expusieron en los sesenta.
- ¿Qué dices?
- Banana.
- ¿Banana?
- No tengo bananas.
- Pero... -Gari intentó gritar y de pronto todo desapareció, surgiendo un apacible lago. El cansancio le agotaba y volvió a dormir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...