jueves, 6 de diciembre de 2018

Sin formación, sin cultura,...sin opinión.

Hoy un amigo me ha bloqueado en Facebook por decirle que para mí Podemos y Vox son lo mismo, la misma piel ensangrentada por el odio, el mismo ánimo de poder, la misma ansia de aniquilación de lo diferente. Odio más o menos manifestado bien con vehemencia, bien con mensajes sutiles.
Y me ha bloqueado. Me ha dejado de hablar…ahora la pregunta es ¿era realmente un amigo? o simplemente un nuevo engranaje más en la cadena de deshumanización que suelen llevar a cuestas los extremismos populistas. El individuo desaparecen en el nacionalsocialismo en virtud del bien del pueblo alemán, en el comunismo en virtud del pueblo ruso. Los extremismos deshumanizan, te convierten en un ser extraño, un alien, un depredador de la libertad. Hasta tal punto que olvidas al ser humano, de ahí que la amistad sea algo, para ellos, de poca importancia, de tan poca importancia y despreciable como la libertad de pensamiento.
Tengo amigos, o eso creo, votantes de Podemos, de Vox, de PSOE de PP y de Ciudadanos…y abstencionistas. Pero jamás hasta ahora nadie me había bloqueado, negado la amistad, censurado o intentado poner una mordaza, porque yo tuviera una opinión distinta. Nadie. Pero resulta que es lo que está pasando en este país, que se llena de odio. Se llena de voluntad de poder, de arrasar y de eliminar al que no piensa como uno mismo. “¿Piensas como yo o eres fascista?”·es la frase que se extiende por cada centímetro cuadrado de la piel de toro.
Y la gran mayoría de los que enarbolan la palabra fascista no tienen mucha idea de donde surge la misma ni de lo que significa realmente, eso hasta que la RAE la reacondicione para doblegarse ante lo que un sector quiere que el lenguaje signifique en una nueva maniobra carrolliana en honor a Humptie Dumptie.
Yo les pediría a todos los que hablan de fascismo que piensen o investiguen de dónde viene. Termino creado por Mussolini y sus camisas negras, sustentado por una ideología con el ánimo de una economía intervencionista por parte del estado y de un totalitarismo regido desde el gobierno, evolución de la izquierda de Mussolini hacia posturas similares al comunismo pero impregnadas por un concepto de patria, de la Gran Italia. Concepto similar al de la Madre Rusia esgrimido por Stalin durante décadas. Si desgranas a Mussolini y su partido te encuentras con el hecho de que el fascismo crece desde un sentimiento popular, se identifica con el pueblo insatisfecho y, dentro del mismo, surge un conductor, unel que se erige en líder, un timonel -como Mao- el que debe dirigir y tomar las decisiones de toda la sociedad. Es decir, nace desde un concepto popular –y populista- similar al del comunismo del siglo XX. En perspectiva y con pensamiento objetiva, entre Mussolini y Lenin no había muchas diferencias a la hora de definir el poder y establecer las reglas del juego del nuevo estado.
En los años treinta en Europa se establecieron dos voluntades absolutas de poder, el fascismo y el comunismo. Que son, en su parte de voluntad de poder, absolutamente equivalentes. No hablo de aspectos como el partido o la religión, los dos grandes tótems en España del enfrentamiento, las semillas que en este país pueden llevar al odio. Pero en cuanto a la forma de imponer la voluntad…iguales. Aniquilación del contrario.
Pasados 80 años desde los años treinta me encuentro que en una sociedad española, con un grado de estabilidad impensable hace años, surgen dos partidos radicales con ánimo de reventar dicha estabilidad cordial de la sociedad española.
Este año la Navidad puede ser terrible. Me da la impresión de que hace diez años las cenas de nochebuena tenían sus enfrentamientos PP-PSOE entre hermanos, primos y cuñados, enfrentamientos que se solventaban con el cava del postre, con risas tras alguna mala cara "joder Venancio, anda dame un abrazo que el Aznar es un capullo pero González también y no nos vamos a enfadar por eso"…pero me temo que este año esos enfrentamientos puedan sacar a relucir cuchillos o que terminen con familias fracturadas.
Y, mientras, a mí me bloquean por decir que Podemos y Vox son iguales. Me bloquean siguiendo lemas populistas, propaganda, consignas, sin tener formación porque eso no les importa, sin cultura para poder tener un mínimo de criterio.
Y al final, sin opinión. Porque votar sin tener una opinión propia no es un acto de libertad si no de esclavitud complaciente, no es un ejercicio libre de voluntad porque tu voluntad le pertenece al que te dicta las consignas. Si tu voto lo han elegido por ti, si no has analizado, si no has intentado entender al de enfrente, si no has leído acerca de cómo somos los humanos, si no has comparado lo que tu líder te cuenta con la realidad sino que simplemente te lo crees, entonces... no tienes opinión, entonces no eres tú el que vota...está votando otro por ti y tú pones tu DNI a su servicio, entonces, simplemente, no eres libre. 
Hoy por decir mi opinión me han bloqueado. Esa es la libertad de expresión que te permiten algunos que creía que eran amigos. Lo grave no es que VOX o Podemos saquen votos, lo grave es que nos creamos a pies juntillas lo que dicen. En cuanto tengamos formación y cultura sus votos bajarán y, posiblemente, subiría de un modo sorprendente, la abstención.
La situación es de miedo...no a VOX, sino a la sociedad que VOX y Podemos están creando a medias.
Con todo esto no puedo manifestar más que mi pasión, devoción y admiración por Faemino y Cansado, solamente ellos pueden salvarnos.

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