sábado, 14 de enero de 2023

O no?




No sé muy bien pero hay días en que solamente tienes ganas de estar en la cama, durmiendo, sintiendo como las mantas te protegen del frío invernal, sintiendo como buscas el refugio de lo onírico para sumergirte en realidades distintas, escuchando músicas que te acunen mientras el placer de lo cálido te envuelve en un capullo de seda preparado para tu placer.

Hay días en los que te da igual que sean calendas o idus, hay días donde prefieres que sea invierno eternamente para así navegar en la cama de tu habitación sin tener que esperar ninguna palabra útil, de esas que te obligan a estar alerta, a despertar del letargo que tan pausada y suavemente te acaricia.

El mundo se te hace pesado esos días, los segundos pesan toneladas y la única meta que tienes es que llegue la noche para poder hablar con ella desde la almohada, contarle a la penumbra que quieres dormir y sentir su abrigo arropando tu cuerpo mientras das rienda suelta a la imaginación de tus deseos. Lo práctico te supera, solamente piensas en lo bello de lo inútil, tantas veces adorado, la realidad te parece una pared infranqueable, las conversaciones el ruido de lo absurdo y solamente piensas en músicas que nadie conoce y que están ausentes en la mirada de la gente.

Hay días donde levantarte es una escalada plagada de complicaciones en tu cabeza, días en los cuales agradeces el frío de las calles porque es lo único que aplaca los ritmos frenéticos que en ocasiones imponemos en temporadas de temperaturas agradables para correr por la calle…por la vida. A veces ni caminar es la opción.

Esos días puedes acogerte a la música de Marvin Gaye del What’s Going On o el Let’s Get It On, pero eso sí, no nos entretengamos con la letra, no son momentos de pensar en nada más que en deslizarte en las historias que quieres recrear bajo el algodón de unas sábanas que te abrazan.

Si suena Let's get it on...no escuches la letra, escucha la melodía...

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