sábado, 10 de marzo de 2012

Echoes...





Echoes, Pink Floyd en Pompeia, canción hipnótica, escenario hipnótico y video hipnótico...curiosamente el sello de Pink Floyd creo recordar que era Hypgnosis, una subdivisión de EMI me parece.

Años setenta, Pink Floyd se desvela como el grupo de culto del rock sinfónico psicodélico, y a mí me llegaron unos quince años más tarde, quizás de forma caduca, no lo sé. Pero a mi los chicos del fluido rosa siempre me atrajeron, ejerciendo una atracción magnética hacia sonidos que esconden más de lo que muestran, con letras al filo de lo real, esas que tanto me gustan.

La primera época, la del loco y genial Barret, no me interesó nunca mucho, a mí el impacto me llegó con The Dark Side of The Moon y luego con el irrepetible Wish You Were Here, dedicado precisamente a su fundador Syd Barret. Luego vinieron las escuchas de los discos de principios de los setenta, ummagumma, atom heart mother, echoes...y echoes siempre me pareció el más puro símbolo del paso de la psicodelía al rock sinfónico. Canción lenta, quizás aburrida, pero a mí me subyuga la intensidad que encierra la melodía, preciosa.

Y ahora, en el temor de la luminosidad, me refugio en estos Echoes antiguos...

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