jueves, 30 de marzo de 2017

Puede que...I wanna be adored


Puede que el mundo de nuestras miserias se imponga al de la realidad, cuanto más al de nuestros deseos.
Puede que uno no sepa apuntar bien al blanco de la felicidad.
Puede que entre tu y yo tengamos unos acordes de gelatina para tocarlos con un banjo fabricado con pétalos de marfil.
Puede que la calidad del amor sea la pescadería podrida de peces recogidos de un mar de bilis amarga.
Puede que las sonrisas iluminen todo lo que me persigue mientras me escondo bajo el tumulto de mis gritos.
Puede que tu beduinez sea un rasgo del que va y del que viene en el desierto sin saber en qué oasis aposentar la siguiente taza de té.
Puede que Odín juegue a los dados con Confucio en un encuentro casual donde tus ojos rasgados por la cercanía se vuelvan azules, un azul que compita con el rubio de tu nuevo cabello.
Puede que no me adoren, que no me adoréis, que no me adores…quizás, solo quizás, todo se resuma en la canción de Stone Roses.

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