lunes, 31 de diciembre de 2018

Termina el año...este año...




"El espacio que queda entre dos personas es un pequeño lugar donde la confianza se entretiene jugando con la sonrisa y los deseos de ambos. Si la sonrisa es placentera y los deseos tranquilos la confianza salta de uno a otro dando paseos agradables donde la serenidad se aposenta de forma calmada."


Escribí esto hace años, era el principio de un cuento que, como tantos otros, no llegó a nada. Cuentos inacabados quizá con alguna idea interesante, alguna frase que guardar o...tal vez nada, tal vez todo es basura. Quizá no sé plasmar nada en un papel, quizá mi inconstancia me lleve a una pereza que se traduce en procrastinación, postergando cuentos, escritos, canciones, letras, melodías, ordenar mi habitación, ordenar mis libros, mis discos, terminar cuentos largos, ver películas, leer libros o, simplemente, ordenarme a mí.

Quizá el día a día se traduce en no hacer nada pues hacer implica esfuerzo, errores, toma de decisiones, y la única decisión que aparece en el panorama de la posibilidad es la de sentarme en un sofá. Por eso quizá la vía del soneto, quizá sea una forma de relativo esfuerzo para expresar mis ideas, mis torpes y fútiles ideas.

Escuchar música, en eso no tengo pereza. Y en algunas otras cosas.

Termina el año con la monstruosidad golpeando mi cabeza. Bipolares o ciclotímicos en un diván con la sonrisa de la emoción y el monstruo analizando su comportamiento. Sonrisa desértica que el deseo alimenta creciendo hasta tamaños inmanejables, repartiendo satisfacción para compartir una lectura, un beso, un desnudo y una mirada.

Empieza el año y llueve en algún lugar cubierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los asesinos de la inteligencia no llevan armas y son gente tranquila...

  Y cuando el mundo aparece resulta que tu amigo estaba durmiendo. Nadie quería despertarse con ese sonido. Pero a ti la música te martillea...